Consejos para entrenar después de los 50
Consejos para entrenar después de los 50

Paula Saez

Consejos para entrenar después de los 50

Mantenernos en forma puede ser más complicado a medida que pasan los años, por lo cual os ofrecemos una serie de consejos para conseguirlo.

Hacer ejercicio de forma regular y mantenernos activos, además de llevar una dieta equilibrada, es esencial para poder mejorar nuestra salud y cómo nos sentimos día a día. Es difícil mantener una rutina fija semanal, puesto que hay factores variables cómo el trabajo, la familia o los planes sociales que pueden intervenir en el tiempo que queremos dedicar a entrenar.

Aún así, es aconsejable buscar unas cuántas horas en la semana y reservarlas para hacer ejercicio, sea al gimnasio, al exterior o en casa. A medida que pasan los años es cada vez más difícil lograr esta tarea, pero nunca se demasiado tarde. A continuación os ofrecemos una serie de consejos para entrenar después de los 50 años, una edad compleja pero clave a la hora de asegurarnos de conseguir todos los beneficios para la salud, física y mental, que el ejercicio nos aporta.

Consejos para empezar a entrenar después de los 50

  • Empezar despacio: es habitual que al empezar con una nueva rutina de ejercicios queramos dar el 100 % de nosotros mismos. La motivación siempre es necesaria y va bien, pero tenemos que tener cuidado de no "quemarnos" antes de tiempo y abandonar. Por este motivo, empezar despacio y con sesiones cortas es la opción más adecuada.
  • Escoger ejercicios adecuados a nuestra condición: no todo el mundo llega igual a los 50 años. Quienes hayan hecho ejercicio durante una buena parte de su vida estarán más preparados para retomar la actividad física, mientras que aquellos que tengan rutinas más sedentarias se los costará más. Acudir a un entrenador personal o preguntar a alguien especializado en la materia es lo más adecuada para descubrir cuál es nuestra condición física y qué son los ejercicios más adecuados para nosotros: pasear, salir a correr , ir en bicicleta, nadar...hay todo un abanico de posibilidades.
  • Acudir a actividades deportivas en grupo: con el adelanto de las vacunas y la disminución de las restricciones ligadas a la COVID-19 ya podemos empezar a volver poco a poco a la vida normal. Esto incluye también las actividades multitudinarias con más gente ajena a nuestra burbuja de convivencia. Un ejemplo son las actividades deportivas que podemos encontrar a los gimnasios o por libre cómo zumba, body pump, pilates o yoga , entre otros. Probar diferentes opciones hasta encontrar aquella que más nos gusta es esencial para favorecer la necesaria motivación.
  • Escuchar a nuestro cuerpo: en edades avanzadas, es más importando que nunca vigilar las molestias que podemos sufrir al ejercitarnos. Si notamos que nos cuesta realizar una determinada actividad, tendríamos que reducir su intensidad o bien consultar a un especialista para asegurarnos de hacerlo correctamente y de forma segura.
  • Hidratarnos y comer de forma saludable: más allá de la actividad física en sí, es muy importante cuidar la alimentación y asegurarnos de mantenernos muy hidratados durante todo el día (sobre todo ahora que llega el verano). De esta forma favoreceremos el desarrollo de la musculatura y nuestro cuerpo logrará mejor los beneficios del ejercicio.

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