Escudilla de aceite, un rara avis
Escudilla de aceite, un rara avis

Escudilla de aceite, la sopa de Viernes Santo

Una escudilla tradicional de Cuaresma que era típico de tomar en un día de comer más bien poco, pero consistente

Hay comes típicas de los diferentes días de la Semana Santa a pesar de que costaría hacer una clasificación cuidadosa porque es un aiguabarreig de influencias, orígenes y tradiciones de entre los que cuesta de discernir mucho. Vivimos tiempo de eminente y celebrada secularización, aquel vínculo estricto entre los sentidos y horarios litúrgicos se cada vez más recóndito y de todo el muestrario gastronómico que podemos asociar a la Cuaresma o hasta Pascua es la cosa más normal del mundo que acabe para prevalecer todo aquello más goloso.

Prácticamente nadie tiene presente de donde proviene ni asocia raíces trascendentees a echar de buñuelos, sean de bacalao o de viento. Los Señores y señoras se mantienen (y parece que con éxito) y la mona es obviamente un mundo a banda. En toda esta retahíla hay poco de prospección porque el hábito de hacer uso en estos tiempos es extendido y delicioso. Habría que remover más entre historias y costumbres para adivinar otros platos típicos de por aquí y de estos días que se escauen ahora y de entre ellos podríamos hacer mención de la cassoleta de bacalao y legumbre pero pararemos atención este golpe en un rara avis de estos días, una sopa poco extendida y muy especial: el escudilla de aceite.

Escudella d'oli, la sopa de Divendres Sant. Foto: Ramon Aladern

Escudilla de aceite, la sopa de Viernes Santo. Foto: Ramon Aladern

El escudilla de aceite era un plato típico de Viernes Santo, un día de comer poco pero de ingerir porque hiciera el hecho. Es una escudilla densa que tiene en la cantidad de aceite y los ingredientes uno de sus disparos diferenciales. Cuando la liturgia y las horas de misa marcaban más la pauta del tiempo, Viernes Santo se comía pronto. No era día de entablarse. La comida gorda se escau por Pascua y no antes. A mesa de muchas casas mataronines es cuando hacía acto de presencia esta escudilla, a medio camino de la cocina de aprovechamiento y deudora de diferentes elementos típicos y esenciales de la cocina nostrada, del sofrito a la picadura, la legumbre o la verdura del tiempo.

No hay una manera fija de hacer el escudilla de aceite, sino lo cómo se hacía en cada casa. A quien escribe la abuela le dice la receta a su manera. Prepara con el zumo de hervir los garbanzos de base, con un sofrito de cebolla tierna donde también se fríen tostadas de pan de labrador y mucho de aceite, que por algo se dice. El sofrito y el aceite se echan a la olla del caldo de la legumbre y cuando ha hecho el xup de arrancar lo hierve se añade brécol y coliflor. Se abocan fideos y los garbanzos que se habían hervido y remata una picadura de almendras, el secreto de todas recetas que valen la pena de este rincón de mundo. Más o menos me lo explican así pero ya se sabe que de todos el recetario tradicional nada cómo hacerla nos la hará aprender. Será cuestión de atreverse un día y hacer el hecho.

Si se prefiere y se quiere ser más canónico, haciendo la investigación uno encuentra una receta propia del Mercado de Sant Celoni, bastante cerca como para considerarla prima del escudilla de aceite de Mataró, que también reproduciremos a continuación. Sea el una o la otra, por todos aquellos amantes de la cuchara, esta puede ser una buena opción porque no se esllangueixi del todo una escudilla especial de un momento determinado del año.

escudella

Escudilla de aceite de Sant Celoni

Receta del escudilla de Aceite- Mercado de Sant Celoni

Ingredientes

  • 100 g de garbanzos
  • 1 copa pequeña de brécol italiano
  • 2 cebollas gordas
  • 2 patatas medianas
  • 50 g de fideos del número 2
  • Briznas de azafrán
  • Agua
  • Aceite de oliva y sal

Elaboración

  1. Un día antes de cocinar el plato, ponéis los garbanzos a remojo. El día siguiente abocadlos en una olla con agua abundante y hacedlos hervir durante una hora.
  2. Cortáis la cebolla muy pequeña y sofreídla en una sartén con aceite. Cuando esté en su punto, echadla a la olla donde hierven los garbanzos –ya tiene que hacer una hora que están. A continuación incorporaréis el brécol troceado, y cuando haga 15 minutos que hierve, las patatas, tajadas pequeñas.
  3. Picáis el azafrán en el mortero con una punto de sal y añadidlo a la sopa; que hierva una media hora todo junto. Finalmente, poned la sal y echad los fideos y dejadlo cocer unos veinte minutos.

 

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