Inteligencia emocional.
Inteligencia emocional.

Redacción

Inteligencia emocional, fuente de bienestar

Una buena alimentación, hacer ejercicio y descansar bien, pero también la inteligencia emocional, son factores que nos pueden ayudar a disfrutar de una vida llena

La educación recibida, las experiencias vividas durante la infancia y nuestra carga genética. Son factores que determinan nuestra inteligencia emocional. El bienestar depende de muchas cosas pero, indiscutiblemente, una de ellas tiene relación directa con nuestra manera de ser y de tomarnos la vida. Gestionar, desde un punto de vista emocional, todo aquello que nos va pasando puede ser casi tan saludable como una buena alimentación, el ejercicio físico o dormir las horas. Inteligencia emocional es salud.

La psicóloga Mònica Mendoza apunta que "trabajar la inteligencia emocional nos ayudará, sin duda, a ser mucho más felices y a tolerar mejor la frustración. Para lo cual es muy importante que conozcamos el origen de nuestros sentimientos, de nuestros pensamientos y de nuestras emociones", añade esta especialista. Pero que podemos hacer para trabajarlo? En qué campos tenemos que parar atención? El experto en la materia, Albert Alegre, recoge las piezas clave de la inteligencia emocional en su libro Cómo desarrollar la inteligencia emocional de los niños (Ed. Pirámide). Alegre exponía estos elementos que hay que tener en cuenta en una entrevista a RAC1:

  • Capacidad de entender las propias emociones:Todos nos vemos afectados por nuestras emociones, que influyen de manera decisiva en nuestra conducta y en nuestras relaciones personales.
  • Capacidad de regular las emociones: La persona que sabe regular las emociones no las esconde ni las reprime, pero encuentra la manera adecuada de expresarlas, evitando caer en enfrentamientos continuos.
  • Capacidad de entender las emociones del resto de personas: Entender las emociones de los otros requiere la voluntad de parar atención a aquellos sentimientos, descifrarlos... Además, implica ser empático, entender qué necesitan los otros y desearlos el mejor.
  • Capacidad de establecer relaciones personales y sociales positivas: Todo ello, mostrando interés para las otras personas, abriéndose a sus ideas, siendo cooperativo, asertivo y comunicando de manera efectiva.
  • Capacidad de confiar en un mismo y estar motivado: Así se consigue salir adelante ideas y proyectos, y conseguir resultados además de, probablemente, tener más opciones de llegar donde nos proponemos. Es una arma con muy potencial.

Además de las piezas que forman el rompecabezas de la inteligencia emocional, Alegre destaca una serie de factores que nos pueden ayudar a trabajarla día en día; la cooperación (trabajar por un bien común), las conexiones estrechadas entre miembros de la propia familia (viéndola como un equipo), o aprender a escuchar y a comunicar son puntos a tener mucho en cuenta para trabajar nuestra inteligencia emocional.

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