Jódele castaña! (y tendrás una sopa diferente)
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Jódele castaña! (y tendrás una sopa diferente)

Cugat Comas

Ponle castaña y tendrás una sopa diferente

La sopa de castañas es una variante bien curiosa, propia obviamente del otoño e inicios de invierno, que nos permite abrir el abanico de qué hacer con este fruto

Quién ha dicho que las castañas solo se pueden comer torrades, entre ratos o por postres? Donde está escrito que después de la Castañada las hayamos de olvidar cómo si fueran un calendario de adviento y ya sea Nadal? Por qué aceptamos este encasillamiento amansat, todos y siempre, hasta el punto de hacerlo todo siempre igual cómo si los ingredientes fueran elementos y fueran cada uno en una hilera de la tabla periódica?

Todas estas preguntas retóricas, más o menos, decayeron plegadas el día recordado de un feliz advenimiento. Todo en tierra fue, no cómo un dominó no, todo de golpe. Fue tan fácil cómo entomar un bol muy candente (cómo se lo hacen, las otras, para no quemarse?) de una sopa de color, tacto y olores curiosos. De aquella primera sensación vino la curiosidad que hay que reivindicar siempre hacia la novedad, aquel impulso incipiente de qué será. Y después de soplar de forma ilusa para templar la cosa (cómo si soplara velas de aquellas punyeteres que no se dejan apagar en un pastel de cumpleaños) vino la cucharada. Aquella primera cucharada. Aquello era sopa de castañas y me pareció sensacional.

La sopa de castañas, hecho en base de caldo, no se tiene que confundir con la crema que es otra cosa por textura y preparación y que es muy propia de Occitania. De hecho de castañas se comen de muchas maneras más allá de las tostadas al fuego. Las confitadas (las marron-glacé) son míticas y tienen una religión de devotas fervorosa y prominente.

Sopa de castanyes

Sopa de castañas

Ideal por ahora

Estos días que bajan las temperaturas (ante el susto del gremio de negrillas, que prefieren noviembres de calceta corta mientras se miran la GOLPE de Glasgow… qué haremos) son una auténtica incitación al mundo de los caldos y sopas. De la cosa caliente y regeneradora. Y no ir a parar siempre al mismo tetra-brick o la alineación reiterada de aquella misma mezcla que echamos a la olla (exprés o no) nos puede permitir de ir variante. Mientras haya castañas (que muy bien se encuentran incluso pasado Nadal) adherirse en esta sopa muy bien diferente es una opción muy recomendable. Adornarla con castaña cruda, jamón u otros elementos, siempre es opcional.

Al fin y al cabo la sopa de castañas es fácil de preparar. Rápida, si la comparamos con otras caldos pero obviamente no es competitiva en tiempo de cocinar en diez minutos. Tan fácil cómo encontrarle, tanto la proporción porque no quede demasiado pastosa ni líquida y sobre todo el contrapunto con el caldo que combinaremos. La literatura hace de jamón o de pollo. La que recuerdo con deleite de aquel día de clima continental era en base de verduras. Jugáis, que es cuestión de jugar. Escaldarlas, añadirlas al procedimiento habitual, y finalmente triturar-las para espesar un poquito. Hay quién las deja enteras, también. Pero el hecho es el hecho, si quieres una sopa diferente siempre puedes decir aquello tan nostrat de "jódele castaña!".

La receta de la sopa de castañas de la Feria Comida de Tarragona

Ingredientes por cuatro comensales

  • 200 gramos de castañas

  • ½ puerro

  • 1 cebolla pequeña

  • 650 gramos de caldo de jamón

  • óleo de oliva

  • pimienta negra

  • tomillo

  • sal

  • 80 gramos de jamón a dados

  • 2 castañas peladas

  • cebollino fresco

  • óleo de oliva virgen extra.

Elaboración

  1. Empezaremos pelando y picando el puerro y la cebolla a juliana. Seguidamente, prepararemos los dauets de jamón y las dos castañas peladas y laminadas por la decoración del plato.

  2. Posaremos una cazuela al fuego con un poco de óleo de oliva. Cuando esté caliente, saltejarem las láminas de castaña y el jamón, y lo retiraremos todo, reservándolos por cuando emplatem la sopa.

  3. En la misma cazuela y a fuego bajo, ablandaremos la cebolla y el puerro que hemos cortado anteriormente, añadiendo un poco de sal. Cuando las verduras estén transparentes, añadiremos las castañas (ya peladas) bien torcejades. Lo ahogaremos un par de minutos y lo salpimentaremos al gusto. También añadiremos el tomillo y, finalmente, el caldo de jamón.

  4. Lo dejaremos al fuego hasta que hierva. Un golpe llegue en su punto de ebullición, lo dejaremos cocer durante unos 20-30 minutos, hasta que las castañas estén bien tiernas.

  5. Finalmente, triturarem las castañas con el caldo, hasta que obtengamos una crema ligera.

A la hora de servir, añadiremos un poco de dados de jamón y castaña que habíamos saltejat previamente. Si se quiere una mezcla más líquida, tan solo es cuestión de añadir más caldo.

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