El CABO Ronda Delgado, que acoge dos de los centros de primaria de la ciudad. Fotos: R. Gallofré
El CABO Ronda Delgado, que acoge dos de los centros de primaria de la ciudad. Fotos: R. Gallofré

Crisis en los CAP de Mataró, desbordados y al límite por la pandemia

Los médicos de familia de la ciudad denuncian carencia de recursos y problemas organizativos para responder a las demandas de los pacientes y atenderlos con todas las garantías en el contexto actual de pandemia

La pandemia ha reventado las costuras de la atención primaria a Cataluña, algo que se deja notar a los CAP de Mataró. A pesar de que la incidencia de la Covid está bajando gracias al adelanto de la vacunación, los centros de atención primaria de la ciudad siguen en una situación límite y bordeando el colapso. Algo falla cuándo, tal y cómo se han encontrado los usuarios en los últimos meses, nadie los coge el teléfono después de toda una mañana trucando, conseguir una visita presencial parece una cursa de obstáculos, una consulta online no recibe respuesta hasta después de demasiados días, servicios cómo los de ginecología están del todo saturados o se eternizan las derivaciones a las consultas externas de especialidades como por ejemplo traumatología, dermatología u oftalmología. Los profesionales reconocen que el panorama es bastante negativo. "Hacen falta más médicos y enfermeras, con los recursos actuales no podemos hacer frente a esta situación", aseguran. El reportaje recoge el testigo de cuatro médicos de familia de la ciudad que señalan los déficits que sufre el sistema de atención primaria. Desde el Instituto Catalán de la Salud se ha dado respuesta a las críticas, que podéis leer en este enlace.

Ya no se mujer hora de forma directo a los usuarios que piden cita

Qué está pasando a los CAP de Mataró y del conjunto del país? La Covid ha obligado a reorganizar toda la atención primaria, por un lado destinando buena parte de sus recursos humanos y espacios a hacer frente a la pandemia (PCR, tratamiento y seguimiento de las personas contagiadas y sus contactos estrechos, vacunaciones...); por el otra, dando preferencia a la atención a distancia (telefónica u online) en detrimento de la presencial, con el objetivo de evitar aglomeraciones y riesgos de contagio a los centros médicos. Esto tiene muchas consecuencias; la más importante, que ya no se da hora directamente a los usuarios que piden cita para ser visitados por su médico, cómo era habitual hasta la pandemia, sino que se establecen filtros. Ahora, cuando hace la petición por vía telefónica u online se le comunica como respuesta el día en que el médico lo trucará, para valorar por teléfono si hay que pedirle pruebas o analíticas, recetarle un medicamento o citarlo a su consulta para explorarlo en persona.

Este sistema, por varios motivos, no acaba de funcionar y está generando problemas importantes tanto de accesibilidad de la población al médico que tiene asignado, cómo de la atención que los propios facultativos pueden prestar a sus pacientes. "La presencialidad es imprescindible, con un vistazo al paciente a menudo averiguas mucho más que con mil llamadas", explica Juanjo Montero, médico del CAP de Rocafonda, "En especial la gente mayor que se han pasado toda la pandemia aguantando dolencias y dolores hasta el límite sin que los pudiéramos visitar en persona".

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Entrada al CAP de Ronda Cerdaña. Foto: R. G.

"Debemos tener mucha más presencialidad que ahora" dicen los médicos

En la misma línea se expresa Mercè Jiménez, doctora del CAP La Riera. "Un 25 % de mis pacientes tienen más de 65 años y muchos de ellos llevan un año sin atención presencial, son personas con insuficiencia cardíaca, edemas a las piernas, dolencias pulmonares y otras patologías a las el suyo médico de cabecera, el médico que conoce, tiene que poder hacer el seguimiento que tan importante es en la atención primaria", constata. Si bien es cierto que en las últimas semanas, con el adelanto de la vacunación y las mejoras en la organización se están ofreciendo más visitas presenciales, todavía no es suficiente. "No hace falta que todas las visitas sean en persona, la situación actual nos mujer la oportunidad de agilizar el sistema que antes tampoco funcionaba bien, pero hoy estamos lejos de lograr el equilibrio, tenemos que tener mucha más presencialidad", explica Maria Bartolomé, del CAP Mataró Centre.

Líneas telefónicas colapsadas

La atención de los pacientes a distancia ha llevado los médicos al límite. Los facultativos se tienen que pasar el día al teléfono, a menudo dedicando mucho más tiempo del que en teoría tienen programado por llamada, ya sea porque no localizan el paciente o porque requiere de más atención de la prevista. También apuntan que no es una vía satisfactoria para solucionar sus problemas de salud, que a menudo temen que se haya cerrado en falso. "Cuelgas el teléfono y no te quedas tranquila, no sabes si el tema está resuelto, no tiene nada que ver con visitar el paciente en persona. Estamos notando un deterioro de nuestra actividad asistencial, no sentimos que estemos haciendo el trabajo muy hecho", constata Jiménez. El problema también es de vuelta; con tanta atención telefónica, a menudo vinculada a la Covid, las líneas del CAP están siempre ocupadas. "Los pacientes tienen razón al quejarse cuando dicen que siempre comunicamos, demasiadas veces nadie los puede coger el teléfono", constata Montero desde el CAP de Rocafonda.

Juanjo Montero, metge de família al CAP de Rocafonda. Foto: R.Gallofré

Juanjo Montero, médico de familia enel CAP de Rocafonda. Foto: R.Gallofré

La e-consulta muere de éxito

"Los pacientes nos intentan abordar por allí dónde pueden"

Cómo que la vía telefónica a menudo tiene que quedar descartada, y mucha gente ha evitado personarse al CAP si no es estrictamente necesario por temor a los contagios, Internet ha acontecido la solución... hasta convertirse también en un problema. La e-consulta, un servicio implementado antes de la pandemia que permite enviar mensajes al médico de familia y a enfermería, se ha desbordado con la nueva realidad. "Es una buena herramienta, pero nos hará morir de éxito", relata Mercè Jiménez, que recuerda cómo volvió de las minivacances de Semana Santa y se encontró con más de 50 consultas online pendientes e contestar. "Hemos generado una expectativa de inmediatez que ahora no podemos afrontar", añade. La e-consulta está pensada para resolver dudas sobre resultados de pruebas, solicitar renovaciones de recetas o gestionar otros trámites, pero hoy los usuarios, con el resto de caminos a menudo bloqueados, la usan para todo. Cómo destaca Maria Bartolomé, "el sistema se ha desvirtuado" porque los pacientes, ante los problemas de acceder a su médico de cabecera, "nos intentan abordar por todas las bandas que se los acuden". "No los culpo , es comprensible, pero no damos al alcance", añade la doctora del CAP Mataró Centre. La sobredosis de e-consultes, muy heterogéneas (a menudo son cuestiones que no corresponden en este canal como por ejemplo peticiones de citas o de analíticas de control o bien dudas sobre la vacunación) acaba generando mucha angustia "Normalmente se tarda hasta una semana a dar respuesta, pero al final me paso noches y fines de semana repasando todas las que entran, no fuera caso que se me escape alguna que esconda un problema realmente urgente", explica Juanjo Montero. Para pedir cita con el médico, la mejor vía es a través de este enlace.

El Hospital y las consultas de especialistas, colapsadas

"A la hora de derivar los pacientes a las consultas especializadas hay un tapón que no se desencalla"

Los médicos de cabecera también tienen que lidiar con los pacientes que acuden a ellos muy enfadados porque, por ejemplo todavía no los han citado por el TACO que los pidieron, para la visita a la oftalmòleg a quién derivaron, o para recuperarse de la lesión de rodilla con sesiones de rehabilitación. La pandemia ha colapsado el Hospital y las consultas de especialistas, y las listas de espera son enormes. "Ahora mismo tenemos un problema con las derivaciones de los pacientes por la reprogramación del que no se ha hecho durante este año y que ahora crea un tapón que cuesta de desencalla", relata Merced Jiménez, del CAP La Riera, que añade: "Estos pacientes vienen a quejarse a nosotros, porque somos los que los hemos derivado, somos a quienes tienen acceso, y bajo nuestro ya no hay nadie", Montero, del CAP de Rocafonda, asegura que hay excepciones, pero que "buena parte de los servicios hospitalarios no se han adaptado como es debido a la situación actual", algo que provoca "muchos problemas de comunicación", entre ellos y la atención primaria.

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El centro médico del Camí del Mig, donde hay consultas de especialistas. Foto: R.Gallofré

Quién puede, se va a la mutua

"Es normal que la gente se busque la vida cómo puede, pero las mutuas se están haciendo de oro"

Qué pasa, pues, sí los pacientes no consiguen que el médico de cabecera los visite, o si lo hace y les pide un TAC o los deriva a un especialista, pero el trámite se eterniza y no hay manera que los citen? Pues que aquellos que se lo pueden permitir acuden a quien se lo soluciona más rápido: las mutuas y clínicas privadas. Desde el CAP de Ronda Cerdaña, a Cerdanyola Norte, "un barrio humilde", Teresa Gros constata que nunca se había encontrado con tantos pacientes que le llevaran pruebas hechas a la privada. "Es normal y comprensible que la gente se busque la vida, pero es triste para los que pensamos que la atención sanitaria pública y de calidad tiene que ser un pilar del sistema", asegura. "Las mutuas se están haciendo de oro, quien se lo puede pagar va a hacerse pruebas complementarias y así pueden volver a su médico con los resultados", añade Merced Jiménez, que constata algo chocante: en el CAP de la Riera están programando algunas de estas pruebas a mutuas. "El sistema público envía pacientes al sistema privado a hacerse ecografías, es algo que me sabe mal", asegura.

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Hay CAP que están derivando pruebas externas como por ejemplo ecografías en centros privados. Foto. Archivo

Un problema que viene de muy lejos

"Se abren plazas de médico de familia pero nadie quiere nuestra especialidad, no hay incentivos"

Todos los profesionales consultados coinciden a apuntar que si se ha llegado a esta situación no es exclusivamente por culpa de la pandemia, puesto que el problema viene de lejos y la Covid no ha hecho nada más que acentuarlo. "Nosotros no podemos hacer más horas, estamos saturados. No hay bastante personal, necesitamos más médicos", resuelve Juanjo Montero, unas palabras que encuentran eco en buena parte de sus colegas. "Antes de la pandemia estábamos muy tocados, pero ahora es una situación de extrema vulnerabilidad", señala Teresa Gros, que constata una realidad muy dura para su sector: los médicos no quieren dedicarse a la atención primaria. "La Generalitat dice que no encuentra médicos para reforzar las plantillas ni cubrir bajas ni jubilaciones, pues quizás que ofrezcan mejores condiciones laborales y retributivas", lamenta. Mercè Jiménez remacha en el mismo clave. "Ven que estamos desbordados de trabajo, que no tenemos tiempo ni de ir al lavabo ni de hacer una queixalada a la manzana para almorzar, que plegamos a las 9 de la noche... Y nadie quiere nuestra especialidad. El gobierno abre plazas de medicina de familia pero no genera ningún incentivo porque haya demanda", asegura la médica del CAP La Riera. Jiménez constata que en su centro "tendremos un problema gravísimo en tres o cuatro años porque se jubilan varios médicos y no habrá quién los supla". Hoy buena parte de los refuerzos se cubren con médicos otros CAP que doblan la jornada para tapar agujeros, algo insostenible a largo plazo. Bartolomé destaca que al CAP hay otro personal cómo enfermeras que a pesar de que ahora también van desbordadas, con recursos suficientes tendrían que poder asumir nuevos roles para descargar de trabajo a los médicos, como por ejemplo determinados tratamientos a pacientes con patologías crónicas.

CAP de Rocafonda, a Mataró. Foto: R.Gallofré

El CAP de Rocafonda, a Mataró, con pintadas reivindicativas. Foto: R.Gallofré

Miedo a no llegar a tiempo

"Nos llega gente en situación muy complicada, como por ejemplo cánceres avanzados, y es algo que nos afecta mucho"

Todo el personal de la atención primaria tiene en mente un efecto colateral muy grave de la pandemia. La Covid provocó, sobre todo durante los primeros meses, un repliegue de todo el sistema sanitario, CaP incluidos, para atender los enfermos y evitar la propagación del virus. Debido a ello otros ámbitos no quedaron muy cubiertos y se desatendieron las necesidades otros pacientes, algo que ha comportado, entre otras disfunciones, que durante el último año se haya atrasado el diagnóstico precoz de dolencias graves. "Ahora nos está llegando gente en situación muy complicada, por ejemplo con cánceres avanzados. Es algo que nos preocupa y que nos ha afectado muchísimo como médicos", explica Bartolomé, del CAP Mataró Centre. Tanto ella cómo el resto de profesionales alertan que la atención primaria es clave para evitar este tipo de situaciones, y que hay que reforzarla porque pueda dar un tumbo a la situación actual y vuelva a cumplir con su rol vital con todas las garantías. "Todos confiamos que el gobierno responda dotándonos de más recursos y herramientas para reorganizar todo el sistema, de cara a facilitar una mejor atención al paciente y garantizarle de nuevo su accesibilidad al médico de cabecera", concluye.

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