Tren a su paso por el Masnou. Foto: R.Gallofré
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Tren a su paso por el Masnou. Foto: R.Gallofré

El tren del Maresme, bajo amenaza y sin solución fácil

El recorrido actual a tocar del mar está condenado a medio plazo debido al cambio climático, pero alternativas cómo el traslado al interior son muy difíciles de implementar

Cada vez que hay un temporal serio en el Maresme, las infraestructuras ferroviarias de la comarca se ven afectadas. El último capítulo se vivió el fin de semana pasado cuando este mes de marzo tan lluvioso y ventoso que hemos tenido acabó provocando que las oleadas descalzaran un tramo de vía entre Pineda de Mar y Malgrat de Mar. Una escena similar a la vivida durante el temporal Gloria, ahora hace dos años, que destruyó el puente ferroviario sobre el río Tordera. De nuevo los alcaldes del territorio han puesto el grito en el cielo, y los geólogos han insistido en la necesidad de trasladar la vía. El futuro del tren del Maresme en su recorrido actual está condenado debido al cambio climático, pero las alternativas son muy difíciles de implementar debido a los impedimentos geográficos y económicos.

Los geólogos insisten que si no se traslada el tren al interior, está condenado

Los expertos ya hace tiempos que avisan que el cambio climático tendrá un impacto muy fuerte en el Maresme. El aumento global de las temperaturas y de la sequía vendrá acompañado también de episodios de lluvia más esporádicos pero más virulentos y torrenciales. El incremento de los temporales de viento ya es una realidad, tal y cómo han detectado los puertos de la comarca (lo de Mataró ha tenido que hacer reformas importantes para evitar los efectos). A todo ello se suma el aumento del nivel del mar, que hará que el mar gane cada vez más terreno a la costa. Las playas no serán una barrera para evitarlo, puesto que cada vez reciben menos sedimentos de las rieras (mucho más canalizadas y urbanizadas que antes), y se regeneran menos debido a los diques de los puertos deportivos.

El Col·legi de Geòlegs torna a demanar de traslladar el tren del Maresme a l'interior. Foto: Ajuntament de Santa Susanna

El descallzamiento de la vía entre Pineda i Malgrat, el pasado domingo.

El litoral del Maresme está desprotegido, en definitiva, y esto comporta que la línea de tren, que transcurre a lo largo de la comarca casi siempre a tocar del mar, quede totalmente expuesta. En uno de los tramos donde había más problemas, entre Mataró y Cabrera de Mar, ADIF ha instalado un nuevo dique de contención, que ha requerido una inversión de más de 12 millones de euros. Una obra gigantesca que no deja de ser una solución temporal y que, si se aplica al resto de puntos conflictivos, acabará trinchando el litoral de la comarca.

Adif ha invertido 12 millones en un dique de contención entre Mataró y Cabrera, y prevé hacer lo mismo em el Maresme Norte

El Colegio de Geólogos, tal y cómo ya señaló a raíz de los efectos del Gloria, ha insistido ahora que la solución definitiva tiene que ser trasladar toda la infraestructura al interior. "Hace falta una visión integral para reordenar nuestro litoral, hace falta voluntad política y hay que tomar decisiones valientes, y todo esto significa adaptación, no solo a los nuevos escenarios de cambio climático, sino a los nuevos escenarios de cambio global", afirman desde el organismo. Este traslado en el interior también ha sido reclamado en numerosas ocasiones por los alcaldes del territorio y también por el Consejo Comarcal. "Lo que no haga la administración lo hará el mar", ha afirmado a La Vanguardia el alcalde de Pinar, Xavier Amor, a raíz del último incidente.

El camí obert entre Mataró i Cabrera per les obres d'Adif, que es manté tancat als vianants. Foto: ACN

El dique de contención construido por Adif entre Mataró y Cabrera. Foto: ACN

Si hay consenso político en el territorio y los expertos lo avalan, parece que el proyecto de un nuevo trazado ferroviario por el interior del Maresme tendría que ser prioritario. Pero la idea choca con unos cuántos problemas difíciles de resolver, a nivel geográfico y (por lo tanto) económico. Que los ingenieros de Miquel Biada decidieran que el primer tren de la península, que conectaba Mataró con Barcelona, transcurriera por la costa no fue capricho. La orografia de la comarca, casi sin un metro plano más allá del frente marítimo, deja pocas alternativas.

La geografía del Maresme comporta que una línea por el interior sea muy cara o bien alejada de las poblaciones

La única manera relativamente viable de construir una nueva línea de tren por el interior del Maresme seria en paralelo a la autopista C-32, puesto que aprovecharía que los terrenos por donde transcurre ya están allanados y sortearía la barrera urbana consolidada de los municipios. El principal handicap es que las estaciones quedarían alejadas de los cascos urbanos, puesto que la línea quedaría en tierra de nadie entre los municipios "de mar" y "de arriba" del Maresme. Los primeros tendrían la estación más cerca, sí, pero a costa de alejar el tren de los vecinos de los núcleos costeros, que están más poblados y que hoy tienen el tren a mano gracias a las estaciones del litoral. Hay que tener presente que alejar las estaciones de la población es un mal negocio que suele comportar una notable pérdida de usuarios del servicio, los cuales acaban optando por otras formas de transporte como por ejemplo el vehículo privado. Precisamente lo contrario del que se quiere conseguir.

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El trayecto propuesto en el Plan Metropolitano de 2010

La construcción de una línea ferroviaria por el interior del Maresme que fuera mucho más próxima a las zonas más pobladas supondría una inversión que ahora mismo ninguna administración parece capaz de entomar. La orografía y los núcleos urbanos obligaría a una sucesión costosísima de túneles, viaductos y soterramientos al paso por los municipios. Esto era precisamente lo que se preveía al Plan Territorial Metropolitano del 2010, que proponía una variante de 14,8 kilómetros entre Mataró y Mongat alejada del frente marítimo y que situaba las estaciones más centradas en los municipios. El presupuesto era de 563 millones de euros y la licitación tenía que hacerse en 2018. El gobierno lo descartó, al igual que el otro gran proyecto ferroviario catalán de las últimas décadas, el Tren Orbital, que está guardado en un cajón porque la inversión necesaria es hoy inasumible. El tren Orbital del soterramiento de las vías a Mataró, a través del circuito de rondas, con tres nuevas estaciones. Todo ello, sueños que nunca han estado cerca de hacerse realidad.

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Pintura del artista Pol Borràs sobre los efectos del cambio climático al tren del Maresme.

Por todo ello, más allá de los gritos de alerta de los expertos y de los clamores unánimes de los responsables políticos del territorio, no hay sobre la mesa ninguna propuesta seria para garantizar el futuro del ferrocarril al Maresme, más allá del anuncio de ADIF de esta semana que estudiará crear un dique en el norte de la comarca similar al que ha hecho entre Mataró y Cabrera. De nuevo un parche para intentar alargar la vida útil de una infraestructura condenada, y que no presenta ninguna solución fácil.

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