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Las hipotecas variables ya dominan: por qué? Qué pasa con las fijas?

El euribor ya toca el 2,5 % y muchos piensan si están a tiempo de conseguir una hipoteca fijo. Todo el que hay que saber sobre el futuro hipotecario.

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Los días del Euribor en negativo se han acabado. El 2021 se cerró con un -0.502 %, hecho que mantenía un respiro a una gran parte de la población hipotecada. Durante cinco años, este dato, que sirve para calcular el precio al que los bancos se dejan dinero entre ellos y el interés que aplican a las hipotecas variables, había estado en negativo. Pero... si los bancos ofrecen la posibilidad de tener un interés variable es porque saben que a la larga los beneficia (la banca siempre gana, dicen). Y esto es el que empieza a pasar este 2022, donde ya se nota a los bolsillos de los ciudadanos.

Durante estos primeros 10 meses de 2022 el crecimiento del Euribor ha sido espectacular, pasando de estar en negativo a colocarse en positivo durante el mes de abril. Desde entonces, ha seguido escalando y este octubre ya estaba bordeando el 2,5 %. Esto quiere decir que los que tenían una hipoteca variable han sido cinco años sin pagar intereses y ahora ven cómo su cuota va creciendo (se calcula que más de 100 euros mensuales para la hipoteca más habitual). Y el futuro? Pues no pinta muy mejor.

Según algunas previsiones de entidades financieras, se calcula que se puede cerrar el Euribor a 12 meses (lo más habitual) hasta el 2,80 % este 2022 y que durante el año próximo (2023) puede tocar el 3 % para acabar, al 2024, bajando al 2,10 %.

Los motivos que han provocado que el Euribor esté subiendo son varios, cómo el hecho que el Banco Central Europeo ha subido los tipos de interés un 1,25 %. A esto hay que sumar las expectativas de mercado que tienen los bancos (cómo seguirán subiendo estos tipos de interés próximamente o la inflación desbocada que hay a toda la zona euro), el que hace que los bancos se dejen dinero... teniendo en cuenta perspectivas a futuro, y por lo tanto, piden más por el que dejan.

Las hipotecas fijas, objeto de deseo

Y ante esto, vuelven a aflorar las hipotecas fijas, aquellas que cuando el euribor estaba en negativo se miraban con desconfianza porque eran más caras. En realidad, la ventaja de este tipo de hipoteca es que sabes el que te costará toda la operación sin depender de variables en el futuro. La firma de este tipo de hipotecas ha crecido mucho durando el último año, pero ahora los bancos ya están recortando o eliminando esta opción para los nuevos clientes. Todavía hay opción de encontrar? Naturalmente, a pesar de que mejor mirarlo lo más bien posible.

Las entidades financieras todavía tienen algunas opciones que se encuentran bajo ciertas condiciones, cómo domiciliar la nómina, contratar un seguro del hogar, en algún casos también seguros de vida y un plazo de devolución máximo de 30 años. Bajo estos parámetros se encuentran opciones que van del 2,38 % TAE hasta el 2,93 % TAE por norma, a pesar de que hay otras opciones que se recomienda mirar en aplicaciones cómo Rastreator o similares (y que varían mes a mes) y hacer caso de la letra pequeña. Eso sí, ya no son ningún chollo: para posarlo en contexto, al 2021 estas hipotecas se movían entre el 1,15 % y hasta el 1,35 %.

Puedo cambiar mi hipoteca variable a una de fijo?

Cambiar una hipoteca variable porque consideras que estás pagando unos intereses mucho más elevados de los que esperabas es posible. Hay tres opciones para hacerlo: cancelar el préstamo y contratar una nueva hipoteca con el dinero pendiente de pagar, hacer una novación que significa cambiar las condiciones actuales o hacer una subrogación, que es llevar tu hipoteca a otra entidad y negociar con ellos.

De las tres opciones, siempre se recomienda las dos últimas, puesto que en el primer caso tienes que pagar un gasto de cancelación (0,25-0,5 % del total) y después los gastos de constitución de una nueva hipoteca.

Por lo tanto, las dos opciones recomendadas son negociar cambio del contrato actual con tu banco o que otro entidad subrogue la hipoteca. En los dos casos hay gastos de comisiones (un 0,15 % más o menos), así como otros gastos de notaría, registro y tasación. Por lo tanto, hay que hacer números porque sumando todo esto, a la larga te siga saliendo más por anticipado el cambio. Este, en todo caso, acostumbra a ser recomendable si estás a la primera mitad de la vida de tu hipoteca con un interés variable y no tanto si quedan pocos años para acabar.

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