Capgròs
El turismo en el Maresme ha visto cómo se "salvaba el agosto" después de un julio "desastroso" con ocupaciones del 30 %. La razón ha sido un punto sorpresivo: la llegada "masiva e inesperada" de turistas franceses muy entrado el agosto ha ensartado la ocupación al 65 %. Los establecimientos del Alto Maresme han sido los más afectados del área metropolitana de Barcelona por la poca afluencia de turistas extranjeros este verano.
El presidente del Gremio de Hostelería del Maresme, Jordi Nogal, lamenta que a pesar de que confiaban a "remontar" en julio y en agosto, la realidad ha sido otra. De hecho, el mes de julio lo califica de "desastroso" con ocupaciones de entre el 20 % y el 30 % entre semana y del 50 % algún fin de semana. "Todo lo hemos tenido en contra", se resigna.
El turismo familiar de origen magrebí
A pesar de que el agosto empezó con la misma atonía, Nogal explica que a partir del día siete recibieron una llegada inesperada de turistas, principalmente franceses, que llenaron los establecimientos de un día por el otro. Mayoritariamente, añade, han sido franceses de origen magrebí que ante la dificultad de viajar al Marruecos por las restricciones impuestas por la pandemia han optado este año para hacer las vacaciones a poca distancia de casa suya.
Esta oleada de turistas ha permitido cerrar el agosto con unas cifras de ocupación de la en torno al 65 % que parece que "no tendrán continuidad en septiembre". A pesar de agradecer la llegada de estos clientes, Nogal reconoce que muchos hoteles han tenido problemas para atenderlos "en condiciones" porque buena parte de las plantillas estaban en ERTO después de meses trabajando en medio gas. "Hemos hecho lo qué hemos podido", reconoce.
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