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Cómo nos afecta la caída libre del euro

La moneda comunitaria frota la paridad con el dólar, inclús cae por debajo, y esto nos afecta de forma directo.

El euro se ha hundido a niveles de hace 20 años, cuando entró en circulación, y estas últimas semanas frota la paridad con el dólar. La divisa europea baja porque los inversores tienen miedo de una recesión un golpe repasadas los últimos datos de actividad económica, que muestran signos de debilidad a la zona euro. Otro factor que los analistas valoran es la lentitud del Banco Central Europeo a la hora de subir los tipos de interés para intentar frenar una altísima inflación.

La debilidad de la moneda comunitaria supone un nuevo problema para la economía de la zona euro en general y para la española en particular. La paridad de la divisa europea con el dólar agravará la escalada inflacionista. La consecuencia principal de la pérdida de fortaleza del euro respecto al dólar, pero también ante otras divisas, es el encarecimiento de productos procedentes de países que no forman parte de la unión monetaria. Entre ellos hay las materias primeras.

El repunte de los precios es el epicentro de la escalada de la inflación. Los europeos tienen que pagar más por las materias primeras, el precio de las cuales se fija en dólares. Cada vez se pagan más euros por el mismo barril de petróleo o por el mismo metro cúbico de gas. Esto puede suponer más endeudamiento de los estados y de las empresas. Un endeudamiento, además, a tipo de interés crecientes. Peligro.

Para la economía de la zona euro, una moneda más débil tiende a ser estimulante, especialmente para la balanza comercial de Alemana. Sin embargo, atendida la actual crisis energética y la presión de la inflación interna sobre el consumidor dentro del bloque económico, una depreciación más grande del euro limitará todavía más las condiciones de crecimiento y aumentará la presión sobre la inflación.

A Europa se produce una situación en la cual las exportaciones son más baratas y las importaciones más caras. Para las empresas norteamericanas, la fortaleza de su divisa supone importar también inflación en un momento en que el riesgo para el crecimiento viene generado, precisamente, por el comportamiento a la alza de los precios. Pero dicen los economistas que a medio plazo la tendencia se puede invertir y ser positiva, puesto que el consumidor, y también las empresas, pueden acabar comprando el producto europeo al ser más económico siempre que la calidad sea similar. Y esto quiere decir reactivación industrial y comercial, la mejor noticia ante una posible recesión que la mayoría de expertos mujer por segura ahora mismo en muchos países europeos antes de que acabe el año.

Fuentes: futuroafondo.com, elespanol.com y 324.

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