Cinco lecciones financieras por cuando tienes más de 30 años

Tanto si tenemos una empresa propia cómo si no, saber gestionar nuestras finanzas nosotros mismos es esencial para poder comprender de primera mano el que pasa con nuestro dinero y ahorros.

Saber cómo invertirlos correctamente será muy beneficioso para poder conocer la cantidad de la que disponemos en cada momento y qué parte de este total se mantiene como ahorro para el futuro.

Encontrar el equilibrio entre ambos y dejar atrás la temeridad que podemos tener antes de los 30 años es una lección que os ayudaremos a comprender mediante una serie de consejos que os dejamos a continuación.

5 lecciones financieras

1. Establecer unos objetivos realistas: pararnos a pensar de forma realista el que podemos ahorrar y gastar cada mes en función de nuestro sueldo es esencial para organizarnos de forma adecuada. De hecho, para hacerlo todavía mejor es recomendable escribir estos objetivos para poder planificar en cuánto de tiempos los podemos lograr. Por ejemplo, si queremos comprarnos un piso de aquí a unos cinco años tendremos que calcular cuánto podemos ahorrar cada mes para poder así acumular la cantidad necesaria cómo para conseguirlo.
2. Ahorrar el 20 % del que ingresamos: o bien el 10 % si tenemos muchos gastos fijos cada mes. Esto nos ayudará a poder dividir correctamente el dinero que tienen que ir destinados a gastos fijas (el alquiler, la luz, el agua o la comida), variables (salir a cenar fuera, hacer planes con los amigos, caprichos materiales) y el ahorro. Poco a poco y a medida que pasen los meses podremos acumular más y más dinero para ver cómo la cifra disponible a nuestra cuenta aumenta.
3. Saber cómo seguir un presupuesto: a pesar de que pensamos que podemos elaborar y seguir un presupuesto, si nos posamos a hacerlo de forma seria y profesional probablemente descubriremos que tenemos varias carencias al respeto. En general y para la vida diaria, elaborar presupuestos nos ayuda a controlar el que gastamos y saber cuando parar para ajustarnos a nuestros objetivos establecidos inicialmente.
4. Disponer de un fondo de emergencias sólido: además de nuestros ahorros, para poder solucionar cualquier imprevisto que surja cómo por ejemplo una avería al coche o una emergencia médica nos irá muy bien disponer de un fondo fijo. De esta forma, si nos pasa cualquier cosa podremos extraer una cantidad determinada de este dinero y nuestras finanzas generales no se verán afectadas.
5. No olvidar nuestras deudas: de la tarjeta de crédito o bien más grandes, cómo una hipoteca. Pagarlos de forma regular y no olvidarnos de ellos es esencial para poder llevarlos al día y que no se nos acumulen con otros gastos o deudas que podemos ir añadiendo a nuestra cuenta a medida que pase el tiempo. Un consejo para conseguir esto sería el de establecer una transferencia fija mensual para ir restando las deudas pendientes de forma automática y sin tener que preocuparnos de ellos directamente.

Fuente: business insider