Más vale que bajes la tapa del wáter desde ahora al tirar la cadena

Bajar la tapa del wáter antes de echarlo ya no es tan solo una cuestión higiénica sino también de salud. Así lo han determinado unos científicos especializados en aerosoles de la Universidad de Colorado, a los Estados Unidos, que han posado luz sobre que pasa cuando echamos la cadena del wáter.

Qué pasa cuando echamos la cadena del wáter? Pues que los líquidos y sólidos depositados echan abajo. Pero no solo pasa esto. Esta investigación ha permitido mesurar la velocidad y la propagación de los aerosoles: minúsculas gotitas que saltan fuera de la taza por la fuerza del choque del agua que cae con la que está en reposo. Los resultados se han publicado a la revista Scientific Reports.

Los aerosoles pueden transmitir varias dolencias infecciosas, como por ejemplo la Covid o la gripe. Cuando descarga el agua, los wáteres expanden patógenos presentes a las heces. Comprender el comportamiento de estas partículas, que pueden transportar patógenos intestinales comunes, como por ejemplo la bacteria E.cuele o la salmonela , era importante para mitigar el riesgo.

Esto es especialmente significativo a los lavabos públicos, por donde puede pasar mucha gente y pueden haber varias personas sin relación a la vez, de forma que hay más riesgo de transmisión.

Se ha comprobado que estos aerosoles son mucho más enérgicos y de más rápida propagación del que se pensaba. Las gotitas van a una velocidad de dos metros por segundo. La fuerza cinética impulsa estos aerosoles hasta una altura de metro y medio. Las gotas más grandes se depositan sobre las superficies en cuestión de según, pero las más pequeñas (gotitas de menos de menos de 5 micras) pueden seguir al aire durante varios minutos. Y con ellas, los patógenos.

Por eso es importante bajar la tapa antes de echar la cadena, que hará de escudo, igual que la máscara hace de escudo de los aerosoles que expulsamos al respirar.

Cómo mejorar la higiene del baño

También fundamental recordar la necesidad de lavarnos las manos siempre después de haber usado el lavabo y que haya una buena ventilación. Es muy normal que cuando el lavabo ocupa un cuarto interior sin ventana y se recurra a un ventilador como medio para airearlo.

Los autores del estudio también proponen que además de crear unas tapas tan cerradas cómo sea posible, se analicen sus resultados para diseñar los wáteres de forma que eviten tanto cómo sea posible estos aerosoles tan potentes.

Fuente: SaberVivir