La Vitamina D, tan necesaria como escasa en la población

Los bajos niveles de Vitamina D de la población en general y, más concretamente, en aquellas personas con malos hábitos nutricionales y escasa exposición solar, han logrado cifras epidèmiques, denuncian expertos en el ámbito de la salud y en la materia. La Vitamina D está presente en pescados grasos, huevos y alimentos funcionales enriquecidos con ella, sobre todo lácteos y cereales. Esta aportación, pero, parece insuficiente en una dieta convencional si tenemos en cuenta los valores medianos de la población en general.

La Vitamina D tiene numerosas funciones, especialmente en el metabolismo del calcio y el fósforo, la salud ósea y el sistema inmunológico. Son centenares los artículos científicos de estudios observacionales que relacionan los bajos niveles plasmáticos de vitamina D con numerosas patologías: cáncer de colon, cáncer de mama, diabetes, osteoporosis, enfermedad cardiovascular, enfermedad neurodegenerativa... Incluso estos bajos niveles plasmáticos se relacionan con una mayor mortalidad a corto y largo plazo. Y que tenemos que hacer, pues? Sobre la dosis diaria recomendada de Vitamina D hay divergencias entre diferentes voces científicas, pero todas ellas coinciden al apuntar que es "sumamente complicado observar cuadros de toxicidad con la Vitamina D, incluso en valores realmente altos." Es decir que casi estamos en condiciones de asegurar que podemos "tomar" tanta Vitamina D cómo queramos, que no nos hará daño. Y como lo tenemos que tomar?

El sol emite básicamente dos tipos de radiaciones; los rayos UVA y los rayos UVB. Tanto unos como los otros nos broncean y nos pueden quemar, pero los UVA penetran más profundamente en la piel y generan más daño oxidativo, mientras que los UVB favorecen la formación de vitamina D. La radiación UVA es constante a lo largo del día, a pesar de que esté nublado, pero la radiación UVB es baja a primera hora de la mañana y por la tarde, y alta entre las 10:00h y las 14:00h. Para que la radiación UVB sea capaz de producir vitamina D, el solo tiene que estar además de 15-30 grados sobre el horizonte. Por lo tanto, las horas de mayor efectividad para producir Vitamina D son, precisamente, las de mayor riesgo de quemadura. Además, para producir una cantidad suficiente de Vitamina D tenemos que exponer en el solo una superficie de nuestra piel amplia que algunos autores estiman en un 40%. Así pues, en este sentido es realmente complicado hacerlo bueno porque hay que buscar el equilibrio entre una exposición al sol que nos permita favorecer la formación de Vitamina D pero, evidentemente, sin que esto comporte exponer el cuerpo en quemaduras.

Por lo tanto, parece más fácil de controlar la vía de la alimentación. Huevos, lácteos enteros, el pescado azul como la sardina o el atún, pero también el pollo, la ternera o el aguacate son fuentes de Vitamina D. Los suplementos, si se escauen, siempre con prescripción médica.