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Respetar los horarios de comer cada día, las cinco comidas y evitar comer entre horas es esencial de cara a mantener un equilibrio que nuestro cuerpo agradecerá. Tanto si hagamos dieta cómo si no, alimentarnos de forma equilibrada y variada es muy aconsejable.
A continuación nos centramos al explicaros los motivos por los cuales es importante tener un horario para hacer todas las comidas de cada día, además de destacar qué beneficios nos aporta esta planificación, tanto físicamente cómo mentalmente.
Por qué es importante respetar el horario de las comidas?
- Mantener el metabolismo activo y en buen estado: puesto que acostumbraremos al cuerpo a recibir nutrientes de forma equilibrada y constando en vez de pasar hambre y después hartarnos a comer compulsivamente.
- Comer tranquilamente, sin tener prisa: los ritmos enfeinats de vida que llevamos, tanto relacionados con el ámbito laboral cómo social, nos hacen reducir el tiempo que dedicamos a comer. Destinar una franja horaria a hacerlo con calma nos permitirá disfrutar más de los alimentos, además de favorecer una buena digestión.
- Repartir bien las cantidades de comer durante el día: si nos fijamos unos horarios para poder hacer correctamente las cinco comidas recomendados al día conseguiremos comer despacio y de forma equilibrada para evitar pasar hambre y huir de la idea poco recomendable de atracar la nevera entre horas.
- Prevenir trastornos del organismo: cómo diabetes o dolencias cardiovasculares, puesto que el aumento de los niveles de colesterol a la sangre va ligado al descontrol horario a la comida.
- Evitar la acumulación adicional de grasa en el organismo: producto, entre otros factores, de someter nuestro metabolismo a unos desajustes derivados de la falta de horarios y rutinas de alimentación adecuadas.
Cómo planificar nuestras comidas
Ahora llega la pregunta difícil: cómo nos organizamos de forma adecuada para planificar nuestras comidas? La respuesta no está clara, puesto que variará en gran medida en función de nuestro ritmo de vida, horarios y preferencias. Para empezar, podemos tomar nuestro horario de trabajo o estudios y organizarnos por col·locar las comidas cada día de la semana de una forma realista que podamos cumplir de forma habitual. Un ejemplo sería el siguiente:
- Desayunar a las 8h
- Almorzar a las 11h
- Comer a las 14h
- Merendar a las 17h
- Cenar a las 21h
Si además de fijar unos horarios aproximados queremos prepararnos todavía mejor, podemos destinar unos minutos del fin de semana, donde tendremos más tiempo libre y podremos salir a hacer la compra, a pensar en los platos que comeremos a medida que la semana avance.
De este modo podremos ahorrar a la hora de comprar, puesto que no compraremos de más y lo haremos de forma optimizada. Se trata de una práctica recomendable para todo el mundo, tanto si hagamos dieta cómo si no, puesto que la planificación se una de las claves que aseguran sentir tranquilidad y seguridad en vez de incertidumbre y dudas constantes.
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