Las mutuas reciben cada vez más usuarios provenientes de la Seguridad Social
Las mutuas reciben cada vez más usuarios provenientes de la Seguridad Social

De la Seguridad Social a la mutua, un viraje (a veces) obligado

La saturación y especialización de la atención primaria de la Seguridad Social en el combate contra la Covid-19 ha hecho repuntar la demanda de asistencia y seguros privados y ha modificado el prototipo de familias que acuden a ellas

Igual que en el popular juego de mesa se va de ganso a ganso porque toca, sin más, son numerosos los mataronins que han tenido que cambiar de sistema sanitario en tiempo de Covid-19. "Yo siempre había ido a la CABEZA pero ahora no hay manera y he echado por una mutua". Este tipo de razonamiento para justificar la demanda de servicios de las mutuas privadas de salud se ha hecho muy popular en los últimos meses, caracterizados por la pandemia. La patronal del sector cifraba a inicios de septiembre en un 9% el aumento de clientes de las operadoras privadas de salud y hay que tener presente que justo ahora se acaba de entrar en el último trimestre, cuando lo va-y-viene de clientes entre estas se hace anualmente más evidente, puesto que las diferentes pólizas anuales se renuevan antes de acabar el año.

"Notamos que viene mucha más gente a pedir información o visitas particulares, hay un volumen de trabajo que se está avanzando respete otros años y mucha de esta demanda nos viene de personas a quienes el médico de cabecera no puede atender", explica Sílvia Cardona, responsable de marketing de Clínica ISSA. La realidad a día de hoy es esta: hay determinados servicios y especializaciones que la sanidad pública (con buena parte de sus recursos convertidos en un dique de contención monotemàtic hacia la Covid-19) directamente no atiende. Por lo tanto mucha gente se ve abocada a hacer el cambio.

Hay servicios de salud que la Seguridad Social ya no puede prestar y que tienen que asumir las mutualidades

Las mutuas también notan un cambio en la tipología de nuevos clientes. "Tenemos desde gente que viene por servicios como la dermatología, que la CABEZA ya no ofrece, o también hay casos de personas por encima de los 60 años que normalmente eran atendidos por su médico de cabecera y que ahora no tienen atención presencial a la Seguridad Social", explica Cardona. Las demoras por citas de servicios menores o especializaciones que, en algunos casos, puede condenar alguien a "hacer cola" durante meses y meses son otras razones por las cuales quién puede da el paso a la mutua.

L'atenció primària acumula cues i no pot atendre tot el que atenia, en alguns casos

La atención primaria ha visto como sus servicios minaban

Un repunte de la demanda joven

Antes de la pandemia, seguramente de forma infundada, se podía tener la idea que recurrir a una mutua de salud privada era propio de personas de edad avanzada o cierto nivel adquisitivo alto, sobre todo a los tramos superiores. Siendo Mataró una ciudad de dos mutualidades históricas como ISSA (que precisamente ahora hace 85 años) o la Alianza Mataró, las dos entidades han notado el aumento de una demanda más joven.

El perfil de familias y de gente joven se impone entre los nuevos clientes de estos mutuas

Joan Calleja es el gerente de Alianza Mataró y dice que "notamos un perfil de gente más joven, de mediana edad, que antes pensaban incluso como idea que con la Seguridad Social ya hacían y que ahora han comprobado que no. Piden información y se dan cuenta de las prestaciones que podemos ofrecer desde una mutualidad". A Alianza Mataró, como ejemplo curioso, algunos de los servicios donde los ha subido más la demanda son con los TACO o las resonancias magnéticas. "Incluso el propio sistema público nos deriva todo el que puede", explica el gerente de la mutua más antigua de la ciudad.

Otro perfil común y buscado por estos operadores es el de familias jóvenes, yo con hijos, que buscan hacer el pack compartido para todos sus integrantes.

Los tiempos de Covid-19 se notan también a las mutuas. A ISSA por ejemplo, han espaciado temporalmente las visitas para poder cumplir con el protocolo de desinfección y ventilación de los espacios y esta necesidad de más tiempo para cada uno de los servicios prestados también se nota en el uso de instalaciones específicas. También aquí, pero, la privada se reivindica ante la pública y Joan Calleja, de Alianza Mataró, reivindica la polivalencia y la adaptabilidad de sus servicios: "Desde la mutua tenemos mucha más flexibilidad para cerrar más tarde si tenemos trabajo o abrir más bien el TACO", explica el gerente.

Entrados al último trimestre, los profesionales y responsables de las mutuas y seguros privados prevén que el repunte de usuarios vaya en aumento. Cada vez más familias los toca ir de ganso a ganso. De la pública a la pivada, sin demasiado margen de alternativa.

 

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