Ensalada de lentejas durante todo el año

Siempre hay el típico que te dice "a mí no me gustan las lentejas". De hecho, convendremos que durante la niñez no es, seguramente, el plato preferido a la mayoría de casas. De todos modos, con el paso de los años podríamos considerar que las lentejas se acaban convirtiendo en un plato que a la mayoría de familias se consume de buen grado. Sobre todo porque se pueden cocinar de muchas maneras, pero también porque sus propiedades saludables así lo piden.

Las lentejas son una gran fuente de proteínas e hidratos de carbono y no contienen grasas. Son una fuente importante de las vitaminas A, C y E, y diversas del grupo B, que ayudan a mantener la salud de la piel, el cabello y las uñas y que, junto con ciertos aminoácidos presentes en esta legumbre, las convierte en grandes aliadas de la salud del cerebro y del sistema nervioso. En este sentido, son apropiadas para combatir la depresión y la ansiedad. Además, las lentejas son ricas en fibra, que nos ayuda a mantener la salud de la flora intestinal, y en hierro y ácido fòlic, ideal para el embarazo o la lactancia. Las lentejas son un alimento antioxidante y muy recomendable para combatir el colesterol, prevenir los problemas de colon, la diabetes, la anemia, la osteoporosis y los problemas cardiovasculares y degenerativos. Con toda esta presentación, podríamos pensar que estamos ante un superaliment. Sea como fuere, parece claro que la introducción de las lentejas a nuestra dieta es una apuesta saludable y una sabia decisión.

Las lentejas combinan con una gran cantidad de alimentos y, según su preparación, pueden variar sus propiedades y características nutricionales. Conocemos los tradicionales guisos, sopas y potatges, como el plato de lentejas con chorizo. En verano seguramente nos viene más de gusto en forma de ensaladas o germinadas. Servidas con arroz, fuente importante de proteínas, son un plato esencial para los vegetarianos. Para incrementar la absorción del hierro de las lentejas, se recomienda mezclarlas con alimentos que contengan vitamina C, con verduras o con unos postres cítricos. Si queremos que resulten más sanas y digestivas, nada mejor que cocinarlas con verduras (cebolla, puerro, zanahorias, tomate, hinojo ...) y también podemos añadir hierbas carminatives (perejil, comí, laurel, tomillo...).

Así pues, la opción de hacer aliñadas es del todo indicada. Por una cuestión de preferencia culinaria, durante los meses calurosos parecen más adecuadas. De todos modos, el hecho que las lentejas puedan potenciar todas sus calidades si las cocinamos con otros alimentos e ingredientes a menudo presentes a las ensaladas, hacen de este plato una apuesta segura y saludable durante todo el año.