Orejas de Carnaval, un tipo de coca gallega
Orejas de Carnaval, un tipo de coca gallega

Orejas de Carnaval, un tipo de coca gallega

Las Orellas de Entroido son una de aquellas tradiciones culinarias gastronómicas que solo descubres si conoces un gallego

"Esto no será un carnaval sin orejas!", exclamó un conocido hace años, cuando decíamos cómo celebraríamos la fiesta entre los que nos conocíamos de dar clases juntos. No le hicieron demasiado caso pero localizó el interlocutor indicado. "Orejas que se comen, eh", y ya tuvo mi atención.

Si no hubiera sido por aquel amigo gallego nunca habría descubierto qué son las orejas, concretamente las 'Orellas de Entroido', propias de los carnavales de Galicia. Es pensar en carnavales y uno se va a alguno de los catalanes de renombre, a Brasil o a Venecia… pero a Galicia? Nunca habría caído. Pero tienen unas orejas que se comen. E hicimos tratos, comeríamos orejas. Y fue un solo golpe pero las recuerdo curiosas, dulcísimas y buenas.

Las Orellas de Entroido son como unas cocas pequeñas. Un poco me recordaron la coca de vidrio. Dulcísimas y crujientes, de aquellas que es cómo si se esberlessin todas cuando las queixales y de golpe te llenan la boca. Son ligeras pero concentradas, golosas y a la vez calóricas. Te las imaginas de resultas del clima atlántico, las cocinan en casa y en origen a partir de manteca y harina.

Se llaman orejas porque recuerdan la oreja del poco, de hecho. O esto se cree o se llama. Y como todas las cosas fritas a buen seguro que nadie recomienda de abusar. Las he añorado, cómo también con el caramelos de Jueves Llarder, desde que las probé por primera y única vez. Si alguien sabe hacer o algún gallego se presta habrá que parar la oreja, y nunca mejor dedo.

La receta según Fani Recetas

Ingredientes

  • 1 kg de harina del país + pizca de sal
  • 4 huevos L
  • 200 g de mantequilla fundida
  • 230 ml de leche a temperatura ambiente
  • Ratlladura de una naranja
  • Ratlladura de un limón
  • Esencia de anís. (toda la botellita que veis en la foto)
  • Óleo para freír
  • Azúcar glacé

Instrucciones

  • Rompe los huevos en un bol.
  • Agrega las ratlladures de limón y naranja.
  • Añade la leche, la mantequilla fundida, y la anís
  • Bate todos los líquidos
  • Añade la harina en pequeñas tandas y mezcla con una cuchara de madera.
  • A medida que vayas mezclando, vas añadiendo más harina, así hasta acabar, si fuera necesario, puedes añadir alguna cucharada sopera de leche a mayores.
  • Cuando ya has casi integrado toda la harina, vuelca la demasiada en una superficie de trabajo enharinada.
  • Pasta con ganas, el éxito de una buena demasiado es amasar con energía hasta integrar totalmente. Tanto si pastas a mano cómo si lo haces en pastadora, el ideal es amasar unos 5-7 minutos y dar un reposo de 10 minutos porque el gluten se desarrolle, repetimos esta operación 2 veces.
  • Una vez que tenemos la demasiada muy amasada, formamos una bola, empolvorem harina, cubrimos con un trapo de algodón y dejamos reposar durante un mínimo de media hora (mejor algo más). (Si necesitas dejarla más tiempo, lo envuelves en film transparente y la dejas en la nevera, cuando la vayas a usar tendrás que dejarla una hora a temperatura ambiente porque recupere calor)
  • Tomamos pequeñas porciones de demasiado, (entre 25 y 30 g cada porción) y estiramos mucho muy finitas.
  • Freímos en abundante óleo, vuelta y vuelta. Ojo con este momento, hay que tomar la temperatura correcta al óleo y tienes que estar muy pendiente porque se hace enseguida. Una vez que estén fritas, pásalas a papel absorbente de cocina y de aquí a una fuente y empolvora azúcar glas.

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