Tres ideas fáciles y frescas por la cena de la verbena

De todos los rituales más compartidos y nostrats del calendario, el de la verbena de San Juan quizás es de los que deja más margen de maniobra selectiva a la hora de planteárselo gastronómicamente. Que se entienda: la consuetud dice que hay que cenar en compañía, que si puede ser afuera mejor, que por postres habrá cava a chorros y coca y que los ahorros nos los gastaremos con petardos. Pero del qué se comerá (en casa o de restaurante) no hay grandes estipulaciones ni normas.

No hay órdenes. Hay criterios y es que el que se celebra es la entrada del verano por lo tanto apetece la cosa fresca. "Hagamos algo lleugereta, que con este calor no tienes demasiada hambre" es una frase dicha y reiterada a pesar de que, también se tiene que decir, a menudo las comidas que se plantean más frugals o de ir tirando tipos xeflis acaban para despistar el estòmac y comes incluso más que cuando hay dos platos (con o sin aliñado) y postres, de estilo más canónico.

Por lo tanto por San Juan es normal asociarlo a la comida de compartir. De hacer pandilla. Alimentos frescos, que combinan bien con bebida fría. Platos que puedas preparar antes para hacer palabrería tranquila y no recluir nadie durante horas del anochecer a la cocina. Platos e ingredientes de temporada, fáciles de hacer. Todo esto son coordenadas a partir de las cuales cada grupet o familia puede estipular aquello que le dé la gana.

Aquí anotamos tres ideas, por la colección:

Canelons fríos de verano

Canelons a medio año de Nadal? Sí. Pero con versión estival. Canelons fríos que podemos hacer con pasta y que otras prefieren envolver en embutido, a la pasta de dentro podemos trinchar atún, olivas, pimiento, huevo llevar y jamón y nos quedará una demasiado compacta que se dejará envolver perfectamente. podemos preparar a manta, porque entrarán fácilmente. Emplatem y lo podemos servir con una salsa fría de tomate o incluso un tipo de pesto por sobre y refrescando con albahaca o cibolet. Son un auténtico mujer-me mujer-me , que podremos ir versionant según el gusto, fílies y fobias del personal con versiones modificadas. Los guardamos a la nevera y cuándo salen refrescan y alimentan.

Coca de recaudo

Clásico de clásicos de la cocina catalana con la que nos podemos atrever a compartir el protagonismo coquero del día a la dulce de postres. La coca de recaudo es fácil de hacer (tan solo complicada la demasiada si la hacemos nuevamente) y a cualquiera otro lugar del mundo la tendrían como bandera (cómo los italianos con la pizza) pero nosotros no lo hacemos. Sacarla a tabla por San Juan, hecho y fornejada del día o en frío, vinguent de rato o un día atrás nos permitirá disfrutar del gusto único a la escalivada, con los seitons o sadinetes, los unos o la morcilla los otros. Coca que alimenta y hace coixií por una noche en que a menudo llenamos demasiado el depósito de gasolina.

Salpicó de marisco

Género de mar pero asequible, que no hace falta esllomar-se económicamente. El salpicó es uno de aquellos platos fáciles en los que removemos marisco barato con verdura muy cortada (casi cómo si hiciéramos un trempó mallorquín) y sobre todo aplicamos una lluvia de óleo buenísimo que nos lo hace casar todo. Sacamos a jugar a langostinos, pops y mejillones y los basura jugar con pimientos, cebollas e incluso olivas. Hagamos que sobre porque querrán repetir.