Un licor embrujado y mítico que dicen que hace enamorar

Es cómo un licor de azafrán, me lo presentaron. Con la impudicia valiente de la prórroga de los postres, cuando ya tanto repites dulce, entomes el café o te animas con la cosa destilada me llené el vaso ('cavallitu', siguiendo el argot propio) y bebí por primera vez el beuratge que este golpe aquí nos convoca. Fue mi estreno y guardo muy buen recuerdo.

Alrededor del concepto de las primeras veces hay a menudo un misticismo con más pan que queso entre exageraciones y memorias selectivas. Suelen no ir cómo preveías y ahora sí que hablando de comer o beber no sé si los pasa pero a mí a menudo la primera cata del que sea me engancha con un tipo de nudo de expectación al estómago. Malfiat, es cómo si el cuerpo entomés actitud defensiva. Somos unos cagados y con los licores solemos hacernos los gourmands y los catamos casi anecdóticamente, cómo aspirando que la dosis mínima ya nos sirve para elevar el veredicto. Juzgado popular de andar por casa, a menudo no es hasta fregar el vaso que sabemos del cierto si levantamos el pulgar hacia arriba o lo abocamos hacia abajo. Els licores que gustan de entrada, eso sí, adquieren aureola de impunidad y fama. Y ahora empezaremos a hablar de un licor que merece literatura bastante mejor que toda esta porque es una de las primeras veces etílicas de las que guardo más buen recuerdo y que, por lo tanto, velo más para conservar.

Strega: un licor de brujas

El licor Strega es una institución a Italia, muy conocido, muy venerado. Aquí lo podemos encontrar en tiendas especializadas (especializadas en Italia o en licores, se entiende) o en restaurantes específicos de la cosa. A Mataró tenemos italianos donde puedes pedir para iniciar la digestión de las pizzas o el que sea que vas a tomar. Quede claro, pues, que hoy no hablamos de ninguna anécdota, de ninguna excepción. Promovemos el conocimiento de un licor sensacional empezando por su nombre. En italiano Strega quiere decir bruja. El Strega es un licor de brujas, un licor embrujado.

Que aquella alentada intensa de licor muy herbáceo, muy completo, muy propio tuviera nombre de bruja era fabuloso. Pero también tiene una razón de ser. Su creador (atención, en 1860: estamos hablando de un licor con 162 años de historia!) se decía Strega Alberti. Pero a Italia tienen una manera propia de explicar la historia, bastante más lírica que la realidad del común de los mortales. Por eso no van desaproditar la asociación con la brujería para acabar pariendo la leyenda del licor que es parte del argumento que la ha llevado hasta nuestros días.

El hechizo del amor

Benevento es la ciudad de la Strega, a la Campania. Porque nos entendamos fácil: si toda la Península es una pierna que recrea la bóta famosa, con talón incluso, Benevento sería donde acabaría el calzado en sí y dónde empezaríamos a ver carne o pantaló. Describirlo así en tiempo de GPS y Google Maps tiene un mérito circunstancial que dejaremos de banda. En todo caso es en esta Benevento donde la Strega hizo fortuna, donde fue hecho el licor y dónde también nacen las leyendas de brujas que se le asocian. La más conocida de todas, que puede tener que ver también con los efectos de la graduación del licor, es que quién bebe puede quedar enamorado del otra persona con quien la comparte cómo si fuera un hechizo.

Benevento, dice la leyenda, era suyo de rituales en tiempos de brujas y quienes sabían hacer los hechizos se reunían por la noche alrededor de un roble mágico y creaban una pòcima que aseguraba el amor perpetuo a las parejas que bebían. El beuratge del amor era lo Liquore Strega. Y por eso con una copeta compartida, dicen, hay bastante para tener amor para toda la vida. No hace falta ni mencionar que empíricamente se ha demostrado que esto no es así, pero no por eso dejaremos de llenar gotets, no?

Una mezcla única y muy peculiar

hemos glosado el descubrimiento, conocido el nombre y las leyendas pero es cierto que todavía no hemos dicho qué es el que hace especial este licor Strega que hace suspirar italianos y no italianos que lo prueban. Podríamos hablar de su imagen icónica de botellas, del color amarillo característico o del tacto un poco viscoso, más denso que otros licores similares. El fuerte del caso pero es que es un licor de hierbas hecho desde 1860 con 70 especies diferentes. Hay menta, hinojo, canela, flor de lis, pimienta, ginebra de los Apeninos y domina por color el azafrán. Por eso a menudo, porque nadie cometa el atentado de confundir el Strega con otros licores, se hace atajo describiéndolo como licor de azafrán.

Describir el gusto del licor de Strega será lógicamente parcial, porque ha quedado acreditado que los efectos románticos que se le suponen hicieron efecto con el que escribe esto. Pero es dulce y herbáceo, con una composición de gusto suficiente especiada cómo para parecer menos fuerte del que resultan sus 40 grados. Estamos hablando de un digestivo que se puede tomar tal cual o frío o también con combinados. Hay diferentes. Tiene un gusto que combina bien sobre todo con cítricos cómo el del limón o el pomelo. También hay una combinación con cerveza bastante golosa.

Que es buenísimo, vaya. Tanto, que aquello de las brujas se non è vero, è bien trovato.