La tradición del día de Nadal: escudilla y carne de olla
La tradición del día de Nadal: escudilla y carne de olla

La tradición del día de Navidad: escudella y carne de olla

La Fiesta Mayor de todas las sopas del año marca la gran tradición para abrir la comida del día de Navidad

Horas de chup chup y cocción por el caldo más especial de todos. Seguramente de todas las anotaciones de los menús habituales de estos días la de la escudilla y la carne de olla por el día de Navidad a mediodía es la menos exótica o sorprendente. Pero es que estamos hablando de la Fiesta Mayor de las sopas y la escudilla más esperada del año. Una auténtica delicatessen casera.

De donde viene, pero y que tenemos que hacer porque sea realmente la mejor escudilla del año?

Origen

La escudilla de Navidad es una tradición de ciudad, puesto que al medio rural era un plato cotidiano, del día a día. Tradicionalmente tenía que llevar los llamados ‘cuatro evangelistas’: carne de cerdo, cordero, becerra y gallina. Estos ingredientes se complementaban con todo tipo de verduras y legumbres y la sopa se servía según costumbre de cada lugar. Al comienzo, en vez de galets, se hacía con macarrones cortados y queso, y más adelante se incorporó este tipo de pasta en forma de caracol tan típica ahora en estas fechas.

El truco

Dejamos los preceptos dietéticos y equilibristas por el resto de días del año, que la escudilla de Navidad no es una sopa cualquiera. Si la volamos muy gustosa y fuerte no tiene jefe otro secreto que además del resto de ingredientes habituales saber añadir una apuesta decidida por la carne de cerdo, con ponderación pero decidido. Siempre que todos los comensales puedan comer, está claro. Tocino, pies, oreja, careta, morcilla negra, morcilla, incluso la cola o costellón. Merece la pena, si nos gusta la escudilla contundente, de hacer jugar todo el recital porcino sin complejas.

La alternativa

Hay caldos vegetales que, literalmente, no lo parecen ni por gusto, intensidad ni densidad. Son buenísimos! Dedo de otro modo, no está escrito en ninguna parte que si optamos para evitar la huella animal en los ingredientes de la olla de hervir hayamos de renunciar a una señora escudilla vegetal con la cual podamos mezclar toda la “no-carne de olla” con que lo hayamos conseguido. Merece la pena ser heterodoxas porque todo el mundo de mesa se sienta cómodo.

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