Capgròs
Es carismática, con este color rojo oscuro, casi entre un lila y un rosa fucsia, y gracias a este pigmento tan característico la remolacha es una de las hortalizas más reconocidas. Otra cosa es que sea debidamente conocida, porque quizás sus muchas propiedades pasan más desapercibidas.
La remolacha es muy rica en azúcares, pero aún así el valor calórico es moderado (30 Kcal por 100 g de porción comestible), porque la asimilación es más lenta gracias a la fibra, las vitaminas y los minerales de la hortaliza, entre los cuales destacan los contenidos en:
Vitaminas
La remolacha es rica en vitaminas del grupo B, sobre todo en las vitaminas B1, B2, B3, B6 y especialmente B9. Todas tienen un papel muy importante en la asimilación de los hidratos de carbono por parte del sistema nervioso.
- Vitamina B2 o riboflavina. Está relacionada con la producción de anticuerpos y de glóbulos rojos y colabora en la producción de energía y en el mantenimiento del tejido epitelial de las mucosas.
- Vitamina B3. Colabora en el funcionamiento del sistema digestivo, el buen estado de la piel, el sistema nervioso y en la conversión de los alimentos en energía.
- Vitamina B6. Participa en el metabolismo celular y en el funcionamiento del sistema inmune.
- Vitamina B9 o ácido fòlic. Interviene en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y en la formación de los anticuerpos en el sistema inmunológico.
Minerales
En relación con los minerales es rica en yodo, hierro, potasio y silicio:
- Yodo. Es un mineral indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides, regula el ritmo metabólico cómo también el crecimiento del feto y el desarrollo de su cerebro.
- Hierro. Es imprescindible para combatir la anemia y, cómo que la remolacha también tiene vitamina C, todavía se absorbe mejor.
- Potasio. Interviene en la transmisión y generación del impulso nervioso y en el funcionamiento de la actividad muscular.
- Silicio. Mineral que interviene en la síntesis del colágeno que forma el tejido conjuntivo, especialmente necesarios en la formación y mantenimiento de los cabellos, huesos, uñas y la piel.
La remolacha a la cocina
La remolacha fresca la solemos encontrar disponible en mandados. Si queremos cocerla, es preferible que elegimos el mandado con las raíces de medida parecida porque así se cocerán de manera uniforme. La remolacha se puede consumir cruda; de este modo aprovecharemos mejor las vitaminas hidrosolubles (cómo la C y las del grupo B), que nos marcharían con el agua de la cocción. En cambio, si tenemos problemas digestivos es mejor cocerla.
podemos hacer ensaladas, gazpachos, cremas, incluso croquetas, usarla para pastas cómo raviolis o espaguetis... en definitiva, las posibilidades de la remolacha a la cocina son casi infinitas.
Fuente: etselquemenges.cat
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