Croquetas, hoy con xistorres.
Croquetas, hoy con xistorres.

Redacción

Croquetas de chistorra, una mirada en el País Vasco

La chistorra es un embutido típicamente vasco que se puede cocinar de muchas maneras. Aquí os presentamos una propuesta para hacer croquetas

Una de las mejores cosas que puedes hacer, cuando pase la pandemia, es un viaje en el País Vasco. Perderse por sus parajes, pueblos y ciudades es de las experiencias más fascinantes que se puede encontrar al sur de los Pirineo (o también al norte, en este caso si apuestas para visitar Iparralde). Sea como fuere, más allá de la belleza y de la magia de sus rincones, Euskal Herria también es un paraíso por aquellos buenos amantes de la gastronomía. Del vasco txistor deriva la palabra xistorra que, como sabéis, es un embutido de color rojo hecho con una mescla de carnes. Se puede servir suela, en formato pintxo o, por ejemplo, para acompañar unos huevos ferrats con patatas fritas. Pero también se puede hacer croqueta, y hoy os queremos aconsejar una receta del bloque Directo al Paladar.

Ingredientes

  • 150 g de xistorra
  • 50 g de harina de trigo
  • 600 ml de leche
  • 2 huevos
  • Pan tachado
  • Aceite de oliva
  • Sal y pimienta
  • Un poco de nuevo moscada molida

Elaboración

Cortamos la xistorra a trozos pequeños y la freímos en una sartén (sin aceite o poniendo sólo unas gotas). En poco rato, los trozos de xistorra se irán cocinando y en el proceso soltarán una grasa roja. Doramos bien la xistorra y la sacamos de la sartén.

Retiramos la grasa de la xistorra, medimos 50 g y lo volvemos a poner a la sartén con los trocitos que hemos hecho previamente. Añadimos la harina y removemos. Haciéndotelo de este modo la bechamel nos tendría que salir perfecto, sin grumos.

Después vamos añadiendo la leche despacio, dejando que la demasiada vaya absorbiendo líquido antes de añadir más. En pocos minutos tenemos una bechamel anaranjada con un magnífico gusto. Probamos la creación y rectificamos, al gusto, la sal, la pimienta y la nueve moscada. Podemos buscar el nivel deseado de espesor.

Dejamos reponer la demasiada, cubierta con un film de cocina porque no haga costra, durante unas horas a la nevera. Después, formamos las croquetas, las enlucimos con huevo y pan tachado y las freímos en aceite muy caliente. Ya lo tendríamos. Para lamerse los dedos y para rendir homenaje, en cierto modo, a la cocina vasca.

Comentarios