Mones de pascua en Mataró marcadas por las medidas del coronavirus

La Semana Santa ha llegado durante el confinamiento de esta pandemia. Mientras los actos públicos de Semana Santa en Mataró, como las procesiones, se han tenido que suspender para respetar las medidas de prevención para evitar el contagio de coronavirus, otras tradiciones intentan seguir presentes a los hogares dentro de lo posible. Se acerca el lunes de pascua y muchas familias, especialmente aquellas con niños, esperan disfrutar del día al hogar con una mona de chocolate a la mesa.

Unas 200 pastelerías de todo Cataluña ofrecerán la mona a domicilio para garantizar que, a pesar de la crisis del coronavirus, la fiesta se celebre. A pesar de que es difícil hacer previsiones porque muchas pastelerías han bajado la persiana, desde el Gremio de Pasteleros calculan que las pérdidas se ensartarán hasta el 50% y, por eso, también proponen aprovechar la segunda pascua, el 1 de junio, para volver a celebrar la fiesta. "Ahora será más familiar, entre padres e hijos, y después con los padrinos, como se ha hecho siempre", explica Olivier Fernández, gerente del Gremio. Aun así, los establecimientos están recibiendo muchos pedidos de mataronins que no quieren dejar de celebrar el día con una buena mona en casa.

Muchas pastelerías de Mataró como la Confitería Chaparral, la pastelería Maica y la pastelería Uñó, entre otros, ofrecen el servicio de entrega de mones de pascua a domicilio. Para evitar grandes desplazamientos hasta las pastelerías para hacer los encargos, estos se pueden hacer por teléfono. Una forma diferente para hacer que esta tradición llegue a los hogares con todas las medidas de prevención.

Otra de las pastelerías que ha optado por la venta a distancia de mones de pascua es Sweet Dreams. Su propietaria, la pastelera Laura Martín, explica que el negocio se tuvo que adaptar ya desde el principio de la crisis sanitaria para dar respuesta a la demanda de pasteles para familias que han continuado celebrando aniversarios confinados y en pequeño comité. Según Martín, este año de momento hay menos encargos y de mones mucho más pequeñas que en otras campañas. La pastelera también prevé que se pierda una parte de cliente no habitual que normalmente hace el encargo cuando pasa por ante la pastelería mientras pasea: "Nos compra sólo la gente que ya nos conoce", se lamenta. Buscando una brizna de optimismo, Martín cree que la crisis sanitaria hará tomar conciencia a todo el mundo del trabajo y capacidad de adaptación de negocios pequeños como el suyo. "En eso sí que habrá uno antes y uno después", asegura.