La Clenys, en primer plan, con su madre, al piso ocupado donde viven a Cerdanyola. Foto: R. Gallofré
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La Clenys, en primer plan, con su madre, al piso ocupado donde viven a Cerdanyola. Foto: R. Gallofré

"Una mafia me dio las claves del piso de una pareja a punto de casarse"

La Clenys y sus dos hijos viven en un piso ocupado a Cerdanyola, propiedad de un banco. Es el tercero que ocupa desde que se quedó sin casa.

La vida de la Clenys Castillo se hundió el 7 de octubre de 2015. Aquel día su pareja de hecho murió en un accidente de moto a la carretera de Mata. Hasta entonces vivían de manera bastante confortable, a un piso del barrio de Cereza por el cual pagaban 700 euros al mes de alquiler. La Clenys, originaria de la República Dominicana y con dos hijos de una relación anterior (una chica de 17 años y un chico de 12, este último con discapacitado), trabajaba como secretaria a la empresa de su compañero. "De un día por el otro me quedé sin nada", recuerda la Clenys desde su actual lugar de residencia: un piso ocupado a Cerdanyola Norte. Hace un año que vive, con su madre y sus dos hijos, a la espera que se ejecute la demanda de lanzamiento que el banco propietario del inmueble, BBVA, ha interpuesto contra ella. El piso donde vive es uno de los 1.800 de todo Cataluña que la entidad ha cedido a la Generalitat porque, a través de la Agencia de la Vivienda, los Ayuntamientos los suban destinar a alquiler social. Muchos de ellos, pero, llegan a manso de la administración cuando ya están ocupados por personas como la Clenys. La mataronina espera poder negociar con la Generalitat porque le permita quedarse al piso con un alquiler adecuado a sus magros ingresos: 450 euros mensuales como camarera de piso en Barcelona.

La pareja de hecho de la Clenys murió en un accidente de tráfico y ella se quedó sin nada. Asegura que a Bienestar Social no le dieron ninguna ayuda

El periplo hasta llegar a encontrar refugio en esta vivienda, en un edificio de la calle Ancha, ha sido pleno de incidencias para la Clenys. Y la culpa, según ella, la tienen las mafias a las cuales recorrió cuando se vio "con una mano delante y otra detrás". Con la muerte de su compañero se quedó sin trabajo, sueldo ni pensión y ayuda de ningún tipo, y por lo tanto sin capacidad de seguir pagando el alquiler del piso de Cereza donde seguía viviendo con sus dos hijos. Fue a Bienestar Social, pero asegura que no le dieron ninguna solución. "Me dijeron que había gente esperando una casa desde 2012", apunta. Ante esto optó por canales alternativos para buscarse un lugar donde vivir, tal y cómo está haciendo cada vez más gente en Mataró. "No hay que indagar mucho para encontrar quién te ofrezca un piso", reconoce, a pesar de que hoy asegura que "ojalá no lo hubiera hecho".

En manso de las mafias

La primera experiencia ya fue un desastre. Un hombre que ya vivía como ocupa le dijo que en un piso adyacente en el "suyo", a Cerdanyola Norte, había otro deshabitado y teóricamente propiedad de un banco, donde podría entrar. Pero esto no era así. En pleno Nadal, el 24 de diciembre de 2015, la Clenys se presentó con su hermano y con el hombre que le había facilitado la dirección. Forzaron la puerta, entraron pero no se lo encontraron vacío. vivía una señora, la propietaria legal, que evidentemente trucó los Mozos. El hermano de la Clenys acabó detenido por allanamiento de morada, y todavía tiene el juicio pendiente. El primer fracaso, pero, no la hizo echar atrás. "Qué quieres que te diga, necesitaba un piso donde vivir y nadie me ofrecía ninguna solución", se justifica. Siguiendo con las indagaciones contactó con uno de las cabezas de las mafias organizadas que hay la ciudad, un hombre a quién según parece ha acudido mucha gente que busca un piso fuera de la legalidad porque no pueden o no quieren pagar el precio de mercado. "Los Mozos sabían perfectamente quién era, me dijeron que tiene las claves de medio Mataró y que había estafado un montón de gente", asegura la Clenys.

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A cambio de un único pago de 400 euros le dio las claves de un piso de la Vía Europa, una finca a cuatro vientos con piscina comunitaria. "Incluso tenía jacuzzi! Pero yo no quería ningún tonteria de estas, yo sólo necesitaba un techo", dice la Clenys. El mafioso le había asegurado que la vivienda estaba vacío, y de hecho el único que encontró al entrar fue un colchón nuevo de trinca. La realidad, pero, es que el piso era propiedad de una pareja que estaba a punto de casarse e ir a vivir, y que antes de trasladarse ya había guardado todo el ajuar. El colchón fue el único que quedó después de que, según la versión de la Clenys, el hombre robara el resto de muebles y electrodomésticos y, un golpe vacío, entregara las claves al primero incaut que encontrara. El muerto lo cargó ella cuando una noche el prometido se plantó allá y se encontró que le habían ventilado el piso entero y que una extraña vivía ahora con sus dos hijos y sus propios muebles. No le fue fácil convence'ls que a ella la habían engañado. "Se pensaban que yo era la ladrona, y me persiguieron toda la noche por la ciudad, aquello era uno locura", recuerda. Finalmente los entregó las claves del piso y ella misma fue a los Mossos d'Esquadra para denunciar el hombre que le había facilitado el piso, que fue detenido. Entonces decidió volver al piso de Cereza, pero la propietaria, aprovechando que había marchado y que se acumulaban varios meses de impago, cambió la cerradura. La Clenys no tenía donde ir. Pasó unas semanas en casa de su hermano, pero eran tres adultos y cinco niños en un piso de dos habitaciones, así que por tercera vez salió a "buscar piso".

"Aquí nadie sabe que estoy de ocupa, si incluso una vecina me preguntó por qué había comprado un quinto sin ascensor"

"Aquí nadie sabe que estoy de ocupa, si incluso una vecina me preguntó por qué había comprado un quinto sin ascensor", asegura la Clenys. El piso de Cerdanyola Norte traía más de un año vacío cuando entró a vivir. accedió de nuevo a través de una tercera persona, pero este golpe la jugada le ha salido mejor. El piso se encuentra en una quinta planta sin ascensor de un edificio antiguo, pero está muy conservado. Sin problemas con los vecinos ni con ningún antiguo propietario,con luz y agua corriente (punzadas), en una zona tranquila de la ciudad, con los muebles de su antiguo hogar de Cereza y con unas vistas impresionantes de la Riera de Argentona y la Cordillera Litoral, y claro, sin pagar alquiler ni impuestos de ningún tipo, la Clenys y sus dos hijos viven desde hace un año en unas condiciones que muchos pueden encontrar envidiables. Pero el futuro es, evidentemente, del todo incierto, y de hoy por mañana puede encontrarse de nuevo sin nada.

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