Corte Inglés: "Ha habido reiterados intentos frustrados de negociación para evitar la demanda"

El Corte Inglés asegura que ha mantenido reiteradas negociaciones con el Ayuntamiento en los últimos años para intentar encontrar una salida al conflicto abierto por la imposibilidad de construir el centro comercial en Can Fàbregas. Sin embargo, estas conversaciones no han llegado a ningún acuerdo, según ha afirmado la compañía a la Agencia Catalana de Noticias, motivo por el cual habría acabado interponiendo la demanda a PUMSA para intentar recuperar los 24 millones de euros invertidos en la adquisición de los terrenos.

Es importante recordar que la empresa firmó la compra de los terrenos en 2009 después de ganar un concurso público que implicaba un "compromiso", según el Ayuntamiento de Mataró, para mejorar la oferta comercial y la movilidad del centro de la ciudad. En este sentido, además de construir el centro comercial, estaba previsto hacer un aparcamiento subterráneo para más de 800 plazas, parte de las cuales se destinarían a uso público. Para llevar adelante los dos equipamientos, en febrero de 2012 el Ayuntamiento concedió a El Corte Inglés una licencia de obras con previsión de que el espacio estuviera en funcionamiento en dos años.

A finales de 2012, casi un año después de conceder la licencia, el TSJC anuló los cambios urbanísticos que había aprobado anteriormente el consistorio y que habían permitido desmontar la antigua fábrica Can Fàbregas. Comenzó entonces un periplo judicial que terminó cuando la justicia obligó al Ayuntamiento a anular los cambios urbanísticos, de manera que era necesario recuperar el planeamiento anterior a 2008 y reconstruir la nave industrial porque era un edificio protegido. Una reconstrucción que hasta el momento aún no se ha llevado a cabo.

Fuentes de El Corte Inglés consultadas por la ACN sostienen que la sentencia firme dictada por los tribunales y el hecho de que se obligue a restituir la fábrica "imposibilitan manifiesta y absolutamente" la ejecución del proyecto por el cual se habían comprado los terrenos, "de modo que el pacto deviene nulo". La compañía insiste en que si el TSJC anuló los instrumentos urbanísticos que había desarrollado el Ayuntamiento en la parcela, también queda anulado el contrato para hacer el centro comercial y el aparcamiento, y afirma que "ha habido reiterados intentos frustrados de negociación para evitar la demanda".

"El Corte Inglés debe defender de forma diligente su patrimonio, protegiendo así el interés de la empresa", recalca la compañía, que dice que no puede actuar como "garante de las obligaciones del Ayuntamiento de Mataró".