sol calor estiu
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Así es imposible dormir

La temperatura mínima de la pasada noche en Mataró ha sido de casi 27 grados, unos registros que cada vez son más habituales

26,6 grados. Esta ha sido la temperatura mínima registrada esta pasada noche en Mataró. Una noche en la que ha resultado muy difícil dormir, en la ciudad y en el conjunto del Maresme. Estas temperaturas nocturnas parecen casi de récord, pero cada vez son más habituales, tal y cómo señalan los expertos en la materia.

"El cambio climático no está provocando que haga más calor, sino que haga menos frío"

"Por decirlo de una forma muy simple, el cambio climático no está provocando que haga más calor, sino que haga menos frío", explica Quim Sierra, meteorólogo del Consejo Comarcal. Qué significa esto? Que las temperaturas máximas, a pesar de ser elevadas, mantienen registros similares a los que se han llegado en los últimos años. Este viernes, día 17, se prevé alcanzar en Mataró una máxima de 35 grados, algo que obligará a activar el alerta por altas temperaturas pero que no sería ningún récord (este se sitúa en los 36,6 registrados el 5 de agosto de 2018).

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Las mínimas son cada vez más altas a lo largo del año, no solo en verano

El problema, sobre todo, se deja notar en las temperaturas mínimas, que cada vez son más elevadas. Algo que no solo pasa en verano, sino que se nota a lo largo del año. "El 22 de mayo pasado tuvimos una máxima de 31,8 grados, totalmente inusual, pero me parece más preocupante aunque aquella noche la temperatura no bajara de los 20 grados" explica Sierra. En invierno las mínimas también son más altas que en el pasado. "Hace mucho tiempo que no tenemos ningún episodio de helada a Mataró, cuando hace tres o cuatro décadas se producían al menos un golpe al año", añade el meteorólogo.

Este fenómeno se produce, según Sierra, por el aumento global e temperaturas y del deshielo del Polo Norte, que actúa de "fábrica de frío" del hemisferio norte del planeta. A esto se suma una sequía galopante, que solo se ve contrastada por temporales puntuales pero muy violentos, cómo el reciente Gloria. Un panorama, en definitiva, preocupando y a la vez difícil de soportar en el día a día de los mataronins y maresmencs.

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