Aitor, al piso que tiene ocupado en la plaza de Gatassa
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Aitor, al piso que tiene ocupado en la plaza de Gatassa

"Comparado con los que teníamos antes, Aitor es una bendición"

Los vecinos de una finca de la plaza Gatassa dieron permiso a un joven para ocupar un piso vacío para evitar que volviera a caer en manso de ocupas mucho más conflictivos

Muchas de las cosas que tengo al piso me las han dado los mismos vecinos", explica Aitor. El somier de la cama, por ejemplo, es un regalo de Jennifer Aguilar, la presidenta de la comunidad. "Nos conocemos desde que éramos así de pequeños!". Aitor hoy tiene 37 años y sigue viviendo en el mismo bloque de pisos que cuando era chiquillo, a la plaza Gatassa de Cerdanyola. Pero en ninguna parte de hacerlo en casa de sus padres, lo hace un piso por sobre, al 3r 2a, y como ocupa. El piso no es suyo, pero a la comunidad, que le ha dado pleno consentimiento, esto no le importa . "Comparado con el que teníamos antes, Aitor es una bendición", dice Jennifer.

"Con los antiguos ocupas nos encontrábamos de todo: jeringuillas por el tierra, gente desconocida rondando de madrugada, gritos..." (Jénnifer Aguilar

El piso quedó vacío hace más de dos años, cuando la pareja que vivía se divorció. Lo dejaron a medio reformar, así que ya se encontraba en un estado bastante malogrado cuando lo ocuparon. Los vecinos vivieron unos meses infernales con los primeros ocupas puesto que, según explican, utilizaban el piso como base para el tráfico de drogas. La escalera era un cúmulo de sorpresas desagradables a diario. "Nos encontrábamos de todo: jeringuillas por el tierra, gente desconocida rondando de madrugada, gritos... Vivir así era insostenible", explica Jennifer.

La solución de Aitor

Después de que los Mossos d'Esquadra intervinieran varias veces, los ocupantes acabaron marchando, pero con el piso vacío los vecinos sabían que correría la voz y que tarde o temprano volverían a tener habitantes indeseados. La solución llegó a propuesta de Aitor, vecino de la misma comunidad. "Mis padres estaban entonces en una situación económica muy mala y me sentía obligado a dejar el nido", explica él. Pero no tenía la manera como pagarse un piso, puesto que traía una larga temporada al paro rota tan sólo por pequeños trabajos precarios. "Nos reunió a los vecinos, nos expuso su situación y nos propuso trasladarse al piso vacío, y le dijimos que adelante", recuerda la presidenta de la comunidad. De esto ya hace más de un año y la convivencia al bloque de la plaza Gatassa ha mejorado notablemente. "No crea ninguna molestia, al contrario, e incluso roza la escalera, cosa que otros vecinos no hacen", explica Jennifer, que matiza que ella no está de acuerdo con las ocupaciones. "Las cosas se tendrían que hacer por vías legales y todo el mundo tendría que pagar sus impuestos... Pero mira, si tienen que ser como Aitor y no como los de antes, que vengan 50 como él!".

"Hoy no tengo nada con qué pagar el piso pero espero que en el futuro sí" (Aitor)

Aitor ha arreglado el piso, reparando el tierra y arreglado un poco la cocina y el baño, y hoy lo tiene en un estado presentable. Incluso ha reservado una habitación para sus pájaros, su gran pasión. Tiene la luz pinchada, mientras que el agua lo tiene que ir a buscar cada día en la fuente de la plaza Gatassa. El año pasado Aitor recibió una carta del BBVA donde se le notificaba la apertura de un proceso judicial de lanzamiento. Pero él confía que podrá llegar a un acuerdo con porque le acaben cediendo el piso por un alquiler asumible. "Hoy no tengo nada con qué pagarlo pero espero que en el futuro sí", asegura Aitor, que está acabando un curso de camarero al Gremio de Hosteleria y espera encontrar trabajo en el sector este verano.

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