Los niños y adolescentes tendrán que acabar el curso en casa. Foto: R. G.
Los niños y adolescentes tendrán que acabar el curso en casa. Foto: R. G.

2019-2020: el curso escolar virtual

Analizamos como los profesores y alumnos de Mataró y el Maresme se han habido adaptar de un día por el otro a la educación online debido al coronavirus

"De un día por el otro nos hemos tenido que inventar una escuela virtual; teniendo en cuenta esto, se ha hecho bastante bien". Miquel Àngel Vadell, regidor de Educación del Ayuntamiento de Mataró, resume con una sola frase el pensamiento de muchos profesores, alumnos y familias del país: en las circunstancias extremas que ha provocado la pandemia coronavirus, la respuesta del sistema educativo ha estado a la altura y ha conseguido salvar la situación. De la noche a la mañana (o casi) se ha implementado un sistema educativo online por el cual nadie estaba preparado.

Esto no implica, pero, que no haya habido muchos desajustos metodológicos y técnicos; que muchos alumnos no se hayan visto gravemente perjudicados, que maestros y equipos directivos de escuelas e institutos no estén desbordados por la situación y que toda la comunidad educativa no viva con temor de las consecuencias de esta crisis, en especial en el alumnado más vulnerable. "Más que los problemas académicos, nos preocupa el impacto emocional que todo ello habrá causado en los niños y adolescentes", relata Pere Mármol, director de la escuela Germanas Bertomeu.

Seis meses sin pisar una escuela

El 12 de marzo la Generalitat anunciaba que, a partir del día siguiente, todas las escuelas, institutos y universidades cerraban para frenar la epidemia de coronavirus. Todos los estudiantes, confinados en casa. La esperanza que los centros educativos reabrieran puertas durante este curso se fue desvaneciendo con el paso de las semanas, hasta que a finales de abril llegó la confirmación oficial que las clases presenciales no se retomarán hasta septiembre. Más allá del impacto que tendrá para niños y adolescentes no pisar un centro educativo en seis meses, el problema es especialmente grave para los alumnos de 6è de primaria, 4t de ESO y 2n de Bachillerato, a quien los toca afrontar el procesos avaluatius del cambio de ciclo en unas condiciones muy precarias. Las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) finalmente se harán del 7 al 9 de julio, un mes después del habitual. En cuanto a las preinscripciones a P3, 1r de ESO y Bachillerato, que se han visto totalmente alteradas por la crisis sanitaria, se trabaja para poderlas realizar durante la segunda quincena de mayo. Todo ello, absolutamente condicionado por las medidas de confinamiento, que se irán desescalant dependiente de la evolución de la epidemia.

"De un día por la otra nos hemos tenido que inventar una escuela virtual; teniendo en cuenta esto, se ha hecho bastante bien" (Miquel Àngel Vadell, regidor de Educación)

El curso actual se está salvando como se puede, intentando en primer lugar garantizar la conectividad de todos los alumnos, y estableciendo un sistema de clases virtuales y de educación online improvisado y sobre la marcha. A pesar de que hay directrices globales por parte de la Generalitat y el Gobierno Central, cada centro educativo ha respondido como le ha sido posible y con métodos propios, en base a circunstancias como la experiencia previa o las características y recursos de su alumnado. "Hay familias muy satisfechas con este trimestre virtual y otros más bien descontentas, sobre todo las que no tienen recursos o bien no pueden ayudar sus hijos porque sufren situaciones complejas en casa", explica el regidor de Educación de Mataró. Los estudiantes que viven en hogares bastante grandes y muy condicionadas para tener un espacio de trabajo propio, con una buena conectividad a Internet, ordenador funcional y unos padres que los acompañan en el proceso, están solventant la situación. Pero cuando falla una o diversas de estas patas, como pasa muy habitualmente, la cosa se torce.

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Vadell constata que los profesores están haciendo "un trabajo extraordinario" a pesar de que como docentes "no estaban preparados por una situación tan extrema como esta". Pero para el regidor, el problema no radica en el curso actual sino en las perspectivas a medio plazo. "Seguramente tendremos que olvidarnos de ciertos temas curriculares y centrarnos en el acompañamiento emocional, tendremos alumnos que se han pasado seis meses sin centro educativo y sin que nosotros hayamos podido controlar qué han hecho en casa", constata. Vadell reconoce que esta crisis "ha acentuado todavía más la brecha y la desigualdad entre alumnas", puesto que aquellos que partían de condiciones previas más desfavorables pueden haber quedado atrás. "Pero que podías hacer ante esto? Dar el curso por cercado en marzo y ya está? Las decisiones no son fáciles" resuelve.

La escuela como refugio perdido

"Este tenía que ser el curso de Glòria: la escuela cerrada un par de días por culpa del temporal, esto no me había pasado en 20 años que traigo aquí! Ahora pienso y rico para no llorar", explica Pere Mármol, director de la escuela pública Germanas Bertomeuno, al barrio de Rocafonda de Mataró. Después de unos primeros días de "mucho de estrés e incertidumbre", como dice Màrmol, la situación a la comunidad educativa de Germanas Bertomeu se ha ido estabilizando, a pesar de que la sigue definiendo como "muy alarmante". Según él, el Departamento de Educación de la Generalitat "ha actuado bastante rápido y con buen criterio, nos sentimos cómodas con las instrucciones que han ido pasando".

Siguiendo estas indicaciones la premisa fue, desde el primer momento, mantener contacto "por el medio que fuera" con las familias de los alumnas confinadas a casa. Germanas Bertomeu es una escuela con un elevado índice de alumnos en riesgo de exclusión social, que viven situaciones complicadas en sus hogares. "Hay alumnado con padres que con esta crisis atraviesan momentos realmente delicados a nivel social y económico, nos llegan casos muy preocupantes", relata Mármol. Familias con los vidrios de casa rotos y sin recursos para poder repararlos, una madre desesperada porque ha cuidar suela los tres hijos, todos ellos con problemas de conducta, mientras el padre está confinado puesto que puede haber contraído la Covid-19... "Es para llorar", resuelve el director de la escuela. En un contexto como este, es obvio que no todos los estudiantes de este centro de primaria estaban preparados para sumarse a la educación online, tanto por la carencia de equipos telemáticos como por los problemas que sus familiares puedan tener para darlos el apoyo imprescindible que niñas y niños necesitan en el aprendizaje a casa. "Hicimos una encuesta a todas las familias para ver qué conexión y qué equipos tenían, repartimos los portátiles que teníamos en la escuela entre alumnas de 6è y 5è y otras familias están recibiendo ahora ordenadores y mesitas del departamento de Enseñanza", explica Mármol. Pero la brecha digital no se resuelve tan sólo dotando de ordenadores: también hay que saber hacerlos ir. "Nos trucan y nos preguntan: 'qué es un password?'. Nos pasamos el día resolviendo temas como estos, poco a poco, ayudando como podemos", relata el director.

"La escuela está para ayudar, no puede ser un problema: ahora no podemos agobiar las familias con la presión de las notas" (Pere Màrmol, Germanas Bertomeu)

El objetivo final es muy básico: tener a todos los alumnos conectados porque no pierdan el hilo educativo. "Y si conseguimos que aprendan algo, pues fantástico", resume el director de la escuela, que asegura que en este trimestre virtual la prioridad es "repasar cosas ya trabajadas más que no ofrecer nuevos contenidos". La evaluación del trimestre siguiendo el sistema habitual ha quedado descartada. "Es el que menos nos importa ahora mismo -explica Mármol- porque la escuela está para ayudar, no puede ser un problema: con todo el que está pasando no podemos agobiar las familias con la presión de las notas". Los profesores hacen propuestas de trabajos a sus alumnos, y estos las realizan con la intensidad y la concreción que pueden según sus capacidades y circunstancias.

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El posible atraso curricular que puedan sufrir los alumnos en el contexto actual preocupa mucho menos al equipo docente que no las consecuencias que el confinamiento pueda tener en niños y niñas. "Todos ellos habrán pasado medio año sin pisar la escuela, esta sacudida los penalizará mucho", relata Mármol. Más allá de los problemas que tendrán los profesores a partir de septiembre para "reenganchar" los alumnos al ritmo diario de clases, temen el impacto emocional que los alumnos pueden haber sufrido después de tanto de tiempos cerrados a casa con situaciones familiares muy complejas. "Tenemos que tener presente que para muchos niños, la escuela es un refugio, y durante todo este tiempo se han quedado sin él", afirma el director de Germanas Bertomeu.

El futuro: formato semipresencial?

La Escuela GEM de Mataró es uno de los centros que trabaja en el ámbito digital desde hace tiempo, y que ha adaptado su realidad de la mejor manera posible. "Nos hemos basado en Moodle, nuestra aula virtual; la usamos desde hace más de diez años y con esta herramienta hemos podido mantener contacto y apoyo por todo el alumnado", relata Montse Paradeda, directora del centro. Moodle se ha abierto a todas las familias y los alumnos porque lo puedan usar, incluidas aquellas del hogar, infantil o primer ciclo de primaria. "El profesorado incluye actividades de todo tipos: vídeos, canciones, actividades para descargar, foros, tareas avaluatives... Todo con la posibilidad de dar feedback individual por alumno", desgrana.

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Moodle ha experimentado un crecimiento enorme al GEM durante el confinamiento. La escuela ha registrado más de 440.000 interacciones con la plataforma, hecho que demuestra como la comunidad se ha ido adaptando a las herramientas digitales. "También se ha incrementado el uso de herramientas de Google, como Calendar o Drive, así como el uso de vídeos de creación propia para presentar actividades", añade Paradeda. No se trata sólo de un cambio de paradigma para el alumno, sino también por el profesorado que se ha tenido que adaptar al uso de vídeos tanto para presentar a los alumnos actividades de la semana para hacer durante los siguientes días, como otros enfocados a las familias para definir el propósito de las mismas. Como la mayoría de escuelas, no faltan las videoconferencias para mantener el contacto directo entre escuela y alumnado y usarlo como parte de las tareas encargadas.

"El próximo curso nos lo planteamos con un formato semipresencial, que combine la educación en linea y la interacción en el aula tradicional" (Montse Paradeda, GEM)

La preocupación para poder llegar a todos los alumnos del centro ha sido presente desde la primera semana de confinamiento. "Contactamos vía WhatsApp, teléfono, etc. con aquellas familias que creíamos que podían tener más dificultades; detectamos un número reducido que no podían conectarse y fuimos encontrando soluciones porque pudieran seguir con el aprendizaje", explica la directora. Ante la situación actual, Paradeda tiene claro que "la incertidumbre estará presente en el futuro cercano; por eso lo planteamos como un reto más. El septiembre nos lo imaginamos en un formato de educación semipresencial, conocido como 'blended learning', que sepa combinar educación en linea y la interacción al aula tradicional, aprovechando el mejor de las dos maneras de trabajar".

Medidas públicas de apoyo y acompañamiento

Las administraciones han redoblado esfuerzos porque todos los alumnos puedan tener una conexión en Internet para poder seguir el curso escolar desde casa. En especial, aquellos que tienen que afrontar cambio de ciclo. En Mataró el Ayuntamiento ha entregado al Departamento de Educación de la Generalitat un total de 100 mesitas y kits de conexión a Internet, que se suman al material que la propia Generalitat está distribuyendo a los alumnos. El consistorio, por su parte, también ha repartido tarjetas monedero a las familias que disfrutaban de beca de comedor escolar, con 40 euros al mes, para cubrir las necesidades alimentarias básicas de los niños becados.

Desde la administración local también se están preparando packs de material fungible como por ejemplo lápiz de colores o libretas para repartir entre los alumnos más necesidades. Así mismo, se está preparando un servicio de atención telefónica para apoyar educativo de acompañamiento a las dificultades telemáticas que sufran los alumnos y sus familias. "Creemos que este final de ciclo lo hemos podido salvar" insiste el regidor de Educación de Mataró.

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