Los turistas valoran el Maresme con un 8,4

Un 8,4. Esta es la nota que los turistas ponen a la comarca del Maresme. Así se desprende de los datos de un informe que ha hecho el LABturisme de la Diputación de Barcelona. Los turistas encuestados valoraron globalmente el destino con este 8,4. Los ítems mejor valorados fueron el carácter y la amabilidad de la gente (8,7) y el alojamiento (8,7). En cambio, la oferta de aparcamiento recibió la puntuación más baja (6,2). La reputación de los alojamientos del Maresme fue de un 7,87 y la de los restaurantes de un 8,12, por encima de la media de la Región de Barcelona (7,97). Ha aumentado también la valoración de los atractivos del Maresme hasta llegar al 8,51.

Los datos de turismo en el Maresme muestran el impacto de la crisis de la COVID-19, haciendo variar aspectos cómo la procedencia del turista o el medio de transporte con el que se desplazaba a la comarca. La pandemia cambió profundamente nuestras vidas, afectando todos los sectores. Uno de los más perjudicados fue el turismo, que vive de lo que precisamente se restringió: la movilidad de los ciudadanos.

Los datos muestran la evolución de la pandemia en el sector turístico del Maresme: 853.400 viajeros se alojaron en establecimientos hoteleros en 2021, lo que representa un 173,8 % más que en 2020, cuando las medidas sanitarias eran muy restrictivas, pero un 35,4 % menos que en 2019, antes de que estallara la crisis de la COVID-19.

El informe también muestra que el Maresme es, después del Barcelonès, la comarca con más volumen de actividad turística, tanto en términos de oferta cómo de demanda. El turista del Maresme en 2021 fue mayoritariamente un hombre (55,1 %) de 42,6 años de media de edad. El origen de los viajeros fue uno de los aspectos que más varió: el 59,8 % de los turistas que vinieron en 2021 residían en Cataluña, un 38,6 % más que en 2019, invirtiendo la tendencia. En cambio, bajó el turista proveniente del resto de Europa: supuso el 23 % del total, un 40,6 % menos que en 2019. Los visitantes del resto del mundo fueron residuales, solo un 1,7 %.