Hacer dormir los niños no es nada fácil. Cuando llega la noche y los adultos estamos agotados después de un largo día de trabajo, los pequeños de la casa todavía tienen la barra de energía al máximo y quieren seguir jugando o bien continuar enganchados a las pantallas (videojuegos, televisión y demés). Por este motivo, seguimos buscando una solución para que los niños nos acompañen en nuestro deseo de dormir una larga noche de sueño reparador.
A continuación os explicaremos todo el que se tiene que saber del melamil, un complemento alimentario de melatonina en forma de gotas que favorece la conciliación del sueño y el descanso de los más pequeños. Además, detallamos si su consumo tiene ningún efecto secundario y otras recomendaciones que tenemos que tener en cuenta antes de acudir a la farmacia y comprarlas.
Qué son el Melamil y la Melatonina?
Tal y cómo hemos especificado, el melamil contiene melatonina, una hormona que se produce de forma natural en nuestro organismo por la glándula pineal y qué función es la regulación del ciclo sueño-vigilia. Concretamente, esta sustancia la produce nuestro cuerpo cuando se hace por la noche, permitiendo la conciliación del sueño y el descanso. Las personas que tienen tendencia a sufrir insomnio suelen ser aquellas con poca melatonina al cuerpo. Por otro lado, durante el día se produce una cantidad muy reducida de melatonina.
Recomendaciones para el uso de melamil y efectos secundarios
En líneas generales, se recomienda el uso de melamil para niños mayores de 6 meses a quienes se los cuesta mucho coger el sueño y que han sido previamente visitados por un pediatra certificado. La seguridad de melamil a corto plazo está garantizada por especialistas en nutrición, pero aún así puede producir una serie de efectos secundarios como el hecho de que el niño se vuelva dependiente de esta sustancia. Por este motivo, si dejamos de darle melamil se posible que experimente algunos de estos efectos, siempre leves:
- Dolor de cabeza
- Mareos
- Náuseas
- Somnolencia
En cuanto a la dosis recomendada para tomar a cada edad, sería la siguiente:
- Niños de 6 a 12 meses: se ha demostrado su eficacia como regulador del ritmo circadià del sueño, pero se desconocen sus posibles efectos secundarios a medio y largo plazo. Si se utiliza, su administración no tendría que prolongarse más de cuatro semanas y siempre bajo supervisión médica.
- Niños de uno a 3 años: se reproduce la misma situación que en los niños de seis a doce meses. En caso de que se administre, es el médico quien tiene que indicar y controlar la duración del tratamiento.
- Niños mayores de 3 años: hay datos que demuestran su eficacia como regulador del sueño y no se han visto efectos secundarios no deseados durante los tres primeros años de seguimiento después de finalizar el tratamiento, a pesar de que no se dispone de datos además largo plazo. Su utilización tiene que estar indicada y supervisada por el pediatra y / o especialista en el sueño.
Fuente: AEP