El turismo de rodajes crece en el Maresme

El Maresme ha sido, desde hace años, un plató privilegiado para todo tipo de producciones audiovisuales, ya sean películas, series, videoclips o anuncios. Desde grandes producciones de Netflix o Movistar hasta películas premiadas, pasando por campañas publicitarias como la de Natalie Portman en Calella para Dior. Esto también tiene un gran potencial turístico, ya que cada vez son más las personas interesadas en visitar las localizaciones originales de producciones que han tenido éxito, como ha ocurrido con Juego de Tronos y sus decorados.

Es por eso que el 'turismo de pantalla' o de rodajes es uno de los pilares de la línea estratégica de futuro del Consorcio de Promoción Turística Costa del Maresme. En cierta manera, se busca evitar perder oportunidades que se han aprovechado en otros territorios, como el rodaje de Juego de Tronos en la comarca (en el Castillo de Santa Florentina, de Canet de Mar) que ha pasado bastante desapercibido turísticamente, mientras que en lugares como Girona se han convertido en un atractivo turístico atrayendo a los fanáticos de la serie a la Catedral y sus alrededores. Durante el año 2022, por ejemplo, se llevaron a cabo 228 rodajes en la comarca, según datos de Maresme Film Commission, la entidad que los promueve y coordina brindando apoyo a productoras estatales e internacionales que necesitan localizaciones.

El Consorcio ha presentado esta semana su plan de acción para el 2024, que incluye el turismo de pantalla como uno de los objetivos a promover. La presidenta del organismo, Carme Ponsa, destaca su gran potencial pero también reconoce que es necesario "encontrar el equilibrio" entre la promoción de visitas a los lugares donde se han realizado filmaciones y la necesidad de descanso y tranquilidad de los residentes de los alrededores de estas localizaciones. Algo que, como suele ocurrir en la mayoría de los ámbitos del turismo, no es fácil. "Debe ser un beneficio para los vecinos, no un problema que termine derivando en turismofobia", señaló.

De hecho, estos problemas que se deben evitar pueden derivar no solo de una posible avalancha de turistas, en caso de que una localización del Maresme aparezca en una producción audiovisual que se popularice en todo el mundo; también las propias filmaciones pueden ser un problema. Hay recintos particulares en el Maresme, como grandes mansiones, que se han convertido en platós de rodaje casi siete días a la semana, algo que afecta notablemente a sus alrededores. Por ello, tal y como destacan desde el Consorcio, desde Maresme Film Commission se trabaja para asesorar a los ayuntamientos a la hora de otorgar permisos y establecer controles, para evitar así en la medida de lo posible molestias derivadas de las filmaciones.