El sueldo del futuro pasa por la compensación emocional y la flexibilidad

Los trabajadores y trabajadoras del Estado, así como los cargos intermedios y de alta dirección, tienen menos poder adquisitivo que en 2007. Esta es una de las principales conclusiones de un informe que se ha impulsado desde la consultora ICSA y EADA . Concretamente, el año pasado, el sueldo mediano bruto de los trabajadores fue de 26.406 euros, 43.062 euros por los mandos intermedios y 88.347 por los directivos. De estas tres categorías, solo la segunda ha experimentado una bajada (-3,8 %) en comparación con el balance del 2022. "En épocas de bonanza, los intermedios siempre ven revalorats sus puestos de trabajo, pero en momentos de incertidumbre es al revés", describe David Suárez. En este sentido, el cabo de estudios de ICSA recuerda cómo en momentos de dificultad, las empresas tienden a suprimir las funciones de un cargo intermedio para acabar repartiendo sus funciones entre la plantilla y los directivos.

El informe se ha llevado a cabo a partir del análisis de 80.000 datos salariales de empresas públicas y privadas que se han recogido a través de plataformas online y encuestas directas. Todo y la variación interanual de la inflación, de un 2,3 % el pasado verano, el incremento del poder adquisitivo de trabajadores y directivos no puede compensar el contexto negativo de los últimos quince años. La Comunidad de Madrid y Cataluña, al ser dos de los territorios que acogen más multinacionales y empresas de alto valor añadido, lideran el ranking estatal de territorios con mayores retribuciones. Un efecto colateral de esta característica es que los catalanes con un salario de 30.000 euros brutos anuales son, en proporción, los que pagan más IRPF del Estado.

Según un estudio de la Asociación Española de Asesores Fiscales (AEDAF), de media, estos contribuyentes pagan un 20,19 % de impuesto de la renta sobre personas físicas, el porcentaje más elevado de todas las comunidades autónomas. Por sectores, los sueldos más elevados se logran dentro del mundo industrial y las finanzas, mientras que el comercio y el turismo ocupan la parte más baja de la clasificación. "En los últimos meses hemos visto que a las empresas se han posado las pilas a la hora de mejorar las condiciones laborales para evitar las fugas experimentadas después de la pandemia, pero, aun así, continúan siendo trabajos poco profesionalizados", expone Jordi Assens, profesor de Estrategia a EADA. El año 2022, un informe de Comertia exponía cómo, desde trece años antes, los trabajadores y trabajadoras del comercio ya habían perdido un 20 % de su poder adquisitivo. La logística, principalmente por el incremento de actividad del comercio electrónico, ha sido el único subsector capaz de trampejar el declive.

La transformación de las empresas

El futuro de las empresas, bajo el criterio de los autores del informe conjunto de ICSA y EADA, pasa por una "profunda transformación de las estructuras, con estructuras horizontales y menos jerárquicas, reducción de mandos intermedios y puestos de trabajo tecnificados". De cara al medio y largo plazo, Assens cree que los trabajadores tendrán que adquirir "más competitividad" y, a la vegada, tener "mayor capacidad de adaptación a las nuevas formas de trabajo". A Cataluña, los territorios más industrializados son quienes tradicionalmente han registrado menores desigualdades de la renta y el poder adquisitivo. Según datos del Instituto de Economía de Barcelona, la industria contribuye a reducir las desigualdades y, en esta línea, comprueba que hay menos cohesión social en las zonas donde ha aumentado el peso de los servicios en detrimento de la industria.

Precisamente la resiliencia ha ganado protagonismo, últimamente, en el debate empresarial y económico. A principios del pasado mes de octubre, el salón Bizbarcelona hizo hincapié en todas las iniciativas desarrolladas para reforzar la competitividad y la resiliencia de los negocios de proximidad. En foros de esta tipología, todos los actores implicados insisten que la receta para ir por el buen camino es incorporar la digitalización, la sostenibilidad y otras fórmulas innovadoras a la actividad cotidiana. Durante la presentación del informe, Jordi Assens y David Suárez también han tenido tiempo para tratar el impacto de la inteligencia artificial. "Uno de los hechos trascendentales será que la aparición de la tecnología puede afectar puestos de trabajo de mayor tecnificación", argumenta Suárez. Por su parte, el representante de EADA ha querido relativitzar el cambio afirmando que "la tecnología siempre ha generado cambios a los puestos de trabajo".

La modalidad de los sueldos y las recomendaciones para encarar el futuro

"Estamos en una dinámica de incrementos lineales de forma sistemática y tenemos que llegar a una retribución variable y competitiva", defiende David Suárez. El economista, que cree que todavía hay mucho camino para desarrollar a la hora de vincular el sueldo a la productividad y el rendimiento, vaticina como el sueldo del futuro pasa por "la compensación emocional y la flexibilidad". Desde ICSA no se ve con buenos ojos el regreso de las empresas al presentisme. Un informe de KPMG asegura que un 64 % de los altos directivos han fijado en 2026 como fecha tope para volver al modelo de la jornada laboral 100 % presencial.

El porcentaje todavía aumenta más, hasta un 87 %, de los CEO que son partidarios de premiar los trabajadores y trabajadoras que habitualmente trabajen desde la oficina. Volviendo estrictamente al informe de la evolución salarial 2007-2023, la receta de los técnicos de EADA para revertir la situación gira alrededor de las siguientes ideas: control de la inflación y así minimizar los incrementos de los precios de la vivienda y los alimentos, mejora de la productividad, inversión en R+D, aprovechamiento de los fondos europeos y permitir que las pymes tengan una mayor capacidad de innovación.