La moto eléctrica y catalana.
La moto eléctrica y catalana.

Ray 7.7, la moto eléctrica premium catalana

La empresa ha apostado por los proveedores de proximidad para ofrecer un producto y un servicio postventa de máxima calidad

La planta de Sant Joan Despí de Ray Electric, el nuevo fabricante catalán de motos eléctricas, va cogiendo forma con el objetivo de empezar la producción de su primer modelo, el 7.7, el próximo mes de junio. Según Íñigo Raventós, CEO de la compañía, se trata de un vehículo 'premium' con unas prestaciones mucho por encima de la competencia. Concretamente, ofrece una autonomía de hasta 160 kilómetros, una velocidad punta de 125 km/h, un sistema muy avanzado de carga rápida y una conectividad "única" en su categoría. "Salvo las distancias, es el Tesla de las motos eléctricas", señala. Raventós destaca que para ofrecer un producto de máxima calidad han apostado por proveedores "km 0" y un "gran equipo de ingenieros".

La inversión inicial para arrancar el proyecto ha estado de tres millones de euros a partir de la aportación de los fundadores e inversores original del proyecto y los 2,5 millones levantados gracias a la inversión de varios Family Offices de Barcelona y el Instituto Catalán de Finanzas (ICF) a través de ICF Venture Tech II. Así mismo, el Ministerio de Industria ha concedido una línea de crédito a la compañía por medio de un préstamo participativo.

20 engniyers y personal para la producción

En estos momentos la plantilla de la compañía está formada por una veintena de ingenieros altamente especializados que han sido los encargados de desarrollar la Ray 7.7 desde cero. Un golpe se inicie la producción del vehículo se irá contratando personal por el montaje a medida que avancen los pedidos con la previsión de doblar rápidamente el número de trabajadores.

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Un primer plan de la Ray 7.7

Los impulsores de la marca explican que han creado un producto que va dirigido a un cliente particular que quiere un vehículo de dos ruedas de altas prestaciones y, el que es más importante, totalmente ecológico. Íñigo Raventós recuerda que competidores cómo Scutum se han enfocado más a las flotas de vehículos compartidos y que ellos lo han hecho claramente al cliente particular. "Queremos trabajar con el sector turístico para crear flotas B2B en hoteles, por ejemplo, por nuestro objetivo principal será la venta a particulares", añade Raventós.

Por autonomía y velocidad punta, los creadores de la Ray 7.7 creen que será una moto apta para un perfil muy variado de usuarios. Está orientada tanto por los que la utilicen en sus trayectos urbanos, cómo por los que necesiten un vehículo para hacer recorridos por las rondas o vías rápidas en trayectos metropolitanos.

El arranque del proyecto ha coincidido prácticamente con el estallido de la pandemia de la covid-19. Raventós asegura que a pesar de que la llegada de determinados componentes y materias primeras se ha retardado, en líneas generales no los ha perjudicado en exceso. Es más, cree que la pandemia, desde el punto de vista empresarial, despertará la conciencia ecológica de mucha gente que demandará un vehículo eléctrico sostenible. También destaca que con la parada de la actividad económica, los ha permitido captar trabajadores muy calificados que estaban al paro y que nos situaciones normales habría sido más difícil de fichar.

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