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La inseguridad y las compras compulsivas "por si acaso"

El peligro real es que esto inicia una rueda en que el incremento de la demanda contribuye a una subida de precios con afectaciones reales.

Quien no recuerda las imágenes prácticamente apocalípticas de estanterías del supermercado completamente vacías, al inicio de la pandemia? De repente, el sufrimiento que nos pudiera faltar algo durante los meses de cierre hizo que muchos se abastecieran de provisiones cómo papel higiénico, guantes y levadura, entre otros productos. Todo ello, compras sin medida. La pandemia, pero, no ha sido el único momento en que este tipo de comportamiento se ha disparado entre los consumidores. Con el inicio de la guerra de Ucrania, también se disparó de manera desorbitada la compra de grandes cantidades d'óleo de girasol, hasta el punto que algunas cadenas de supermercados han limitado su compra a unidades determinadas y el gobierno ha optado para regular la situación en "circunstancias extraordinarias o de fuerza mayor".

Pero realmente, qué nos pasa por el cabo para hacer estas compras descontrolades cuando pensamos que el aprovisionamiento peligra? Tal como apunta la periodista Núria Bigas en un artículo en la UOC, los expertos denominan a este fenómeno "efecto acopio". La incertidumbre es la responsable de esta compra emocional y sin medida, que incluso se puede llegar a calificar de compulsiva.

Según Nieves Soler, profesora colaboradora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, las situaciones de incertidumbre que nos rodean pueden provocar mucha inseguridad y esto hace que se intente maximizar la sensación de control y seguridad a través del consumo.

Según el barómetro de abril de 40dB, más de un 20 % de la ciudadanía española ha comprado recientemente "por si acaso" y un 25 % se lo ha planteado.

Al final, este "efecto acopio" acaba siendo un pez que se muerde la cola porque provoca entre el conjunto de los consumidores más sensación de desabastiment, y por lo tanto, hace crecer el pánico y la sensación de inseguridad. Inevitablemente, todo esto acaba comportando más compra compulsiva y "por si acaso" y a la vez una consecuencia inevitable, que es la subida de precios provocada por el incremento de la demanda.

La situación que provocó la pandemia dejó una base de inseguridad en la cual cualquier contexto excepcional puede generar sensación de alarma. De todas maneras, según la periodista Núria Bigas, el desabastiment podría ser una realidad en caso de que el consumo irracional coincida, por ejemplo, con una huelga de transportistas cómo la que hemos vivido recientemente. De todas maneras, el peligro más evidente y real es que todo ello acabe siendo una de las causas de la escalada desenfrenada de precios que hoy en día golpea los bolsillos.

Fuente: UOC

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