La empresa Hartmann
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Redacción

La economía española crece en verano, ¿pero es real?

El PIB marca récord de crecimiento con un 16,7%, a pesar de que varios expertos hablan de factores ha tener en cuenta en la economía española.

Entre julio y el septiembre, la economía española ha registrado un crecimiento récord del 16,7%. Durante el segundo trimestre había experimentado una bajada del 17,8%, en buena parte como consecuencia de la crisis del coronavirus. La evolución positiva del verano supone que la española es la segunda economía de la Eurozona que más ha crecido durante el tercer trimestre. De todos modos, según los datos avanzados del Instituto Nacional de Estadística (INE), este aumento no ha sido suficiente para recuperar los niveles del 2019. En términos interanuales, el PIB ha caído un 8,7% en el tercer trimestre. La cifra es menor, eso sí, que la del trimestre anterior, que fue del 21,5%.

Esperança o espejismo? Aferrándonos a las cifras del verano, hay que decir que han coincidido con la reapertura de la mayoría de actividades económicas después de la primera oleada de la Covid-19. La contribución de la demanda doméstica al crecimiento interanual del PIB es 7,8 puntos inferior a la del año pasado, pero 11 puntos superior que durante el segundo trimestre. Por otro lado, la demanda externa aporta 0,9 puntos menos, 1,8 más que el anterior trimestre, de pleno confinamiento. El gasto de los hogares registra una tasa anual del -10,4%, pero un aumento de 14,8 puntos más que en el segundo trimestre, mientras que el consumo de las administraciones públicas crece un 3,7%, seis décimas más.

En cuanto a la demanda externa, las exportaciones de bienes y servicios caen un 17% en comparación con el tercer trimestre del 2019, pero suben 21,1 puntos respecto al segundo trimestre. La recuperación se debe de al incremento en exportaciones de bienes (del -27,3% al -4,6%), y de las exportaciones de servicios (del -61,3% al -42,8%). Dentro de este grupo, el gasto de los no residentes sube 24,9 puntos, del -99,2% al -74,3%.

Las importaciones disminuyen un 15,7% en comparación con el año pasado, pero suman 17,8 puntos respecto al trimestre anterior. La moderación en la caída se explica por el aumento de importaciones de bienes (del -30,7% al -11,%) y de importaciones de servicios (del -45,4% al -34,8%). El gasto de los residentes españoles al resto del mundo sube 28 puntos interanuales, y pasa del -96,3% del trimestre pasado al -68,3% de este.

Todo este desmadre de cifras viene a explicar una cosa que parece de cajón. Después de un cierre casi total de la actividad económica antes del verano, es normal que el tema mejore durante los meses de julio-septiembre un golpe se dio por acababa la primera oleada del coronavirus. Habrá que ver como afecta a la economía esta segunda oleada, pero el experto Daniel Lacalle ya alertaba a Español que la cosa no pinta demasiado bien: "España, en este 2020, ni crece ni crea ocupación, más bien decrece y destruye puestos de trabajo. Esto (los datos explicados al principio) no es "crecer", es un rebote por efecto base que muestra que después de meses de reapertura la devastación económica es enorme y no tiene precedentes en nuestra democracia. Mi estimado Marc Vidal lo explicaba perfectamente: Si partimos de 100 y bajamos un 18%: 82. Si subimos de 82 un 16,7%: 95,7. No es crecer. No sólo el PIB del tercer trimestre muestra una caída interanual sin precedentes, sino que las estimaciones de las casas de análisis para el cuarto trimestre son de volver a tasas negativas." Así pues, todo parece más un espejismo que una esperanza mínimamente fundamentada.

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