Gasoil a partir d'olis reciclats i combustibles
Gasoil a partir d'olis reciclats i combustibles

Gasóleo a partir de aceites reciclados y combustibles sintéticos

Repsol busca mercados alternativos en la propulsión eléctrica, cómo el gasóleo a partir de otras materias, y estudia cómo adaptar una parte de las instalaciones de Tarragona

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Repsol quiere abrirse dentro del mercado de los "combustibles renovables" y sintéticos como alternativa a la propulsión eléctrica a partir del uso de materiales cómo aceites usados o la captura de CO2 industrial. Esta es la idea última de la planta que ha puesto en marcha recientemente en Cartagena (Múrcia) para convertir estos aceites en gasóleo válido para la automoción, llegando a reducir las emisiones hasta un 90% respeto los hidrocarburos fósiles, según aseguran. En el laboratorio de investigación de Móstoles (Madrid) los expertos de la compañía estudian también cómo producir a partir de residuos urbanos o restos vegetales. La estrategia pasa por transformar complejos industriales cómo el de Tarragona para adaptarlos a los nuevos materiales.

En la carrera empresarial hacia la investigación de alternativas que consigan la pretendida descarbonización del sector del transporte, sin tener que recurrir a una reducción de la oferta y del consumo, Repsol apuesta por hacerse fuerte en el mercado con los nuevos "combustibles renovables", como fuentes "complementarias" a la electrificación o el posible uso del hidrógeno.

"La electrificación es una opción ideal para muchas aplicaciones, como el vehículo ligero, pero necesitamos otras opciones para segmentos del transporte o aplicaciones 'non road', agrícolas o cimenteras, que también necesitan descarbonitzar-se y no son tan fáciles de electrificar. Aquí entrarían los combustibles renovables", subraya Claudia Esarte, consultora de Diseño de Producto y especialista en combustibles renovables del Repsol Technology Lab de Móstoles (Madrid).

De momento, la opción que tecnológicamente más ha avanzado los últimos años en este terreno es la transformación de los aceites de cocina usados en hidrobiodiésel (HVO). Sobre el papel, estos residuos orgánicos se pueden llegar a convertir en combustible para los motores diesel actuales, con un potencial calorífico "similar y compatibles con los motores diesel actuales. La compañía ya vende en 140 estaciones de servicio a la península Ibérica.

Pero su importancia estratégica raería también en una elevada tasa de rendimiento -un 90% del aceite usado se puede convertir en combustible- y, sobre todo, su contribución a la "descarbonización", dado que proceden de materias primeras renovables y son residuos "que han captado ya el CO2 a lo largo de su vida útil". De acuerdo con las cifras que proporciona Repsol, el uso de estos hidrobiodiésel a partir de aceites usados puede llegar a reducir la impronta de carbono de todo el proceso hasta un 90% respeto los hidrocarburos fósiles convencionales.

Estudio de residuos urbanos y agroforestals

En el laboratorio madrileño, además, trabajan con este material y evalúan la posibilidad de usar también residuos sólidos urbanos, agroforestales o aceites pirolíticos con la misma finalidad. Pero estos aprovechamientos, según admite Esarte, todavía se encuentra en las primeras fases de la investigación y el desarrollo tecnológicos, limitado a fases demostrativas o plantas piloto. También la transformación de estos materiales para obtener gasolina, aseguran, va "más despacio".

De momento, la apuesta de Repsol se centra en el aprovechamiento de los aceites usados, que procesa y convierte en hidrobiodiésel en su planta de nueva construcción a Cartagena (Múrcia), con una producción inicial de 250.000 toneladas anuales. La compañía, pero, no aporta datos concretos sobre la capacidad potencial de recogida de aceites usados en el estado español -actualmente, lo hace a través de su red de gasolineras y vía acuerdos con diferentes proveedores- ni qué porcentaje de las necesidades actuales podría cubrir con su procesamiento.

Esarte cita un estudio del Imperial College de Londres según el cual la transformación de estas materias primeras residuales "podría cubrir más del 50% de la demanda de combustibles renovables". La idea es poder entomar el principal objetivo de la hoja de ruta que plantea la Comisión Europea para el 2050 consiguiendo la neutralidad de emisiones gracias a tecnologías alternativas. "El reto se encuentra en cómo tratar la materia primera para transformarla", apunta.

La costosa captura de CO2

Así pues, y junto a estos "combustibles renovables", la gran apuesta de Repsol son también los "sintéticos", fabricados a partir de CO2 capturado de la actividad industrial. Un gas "ilimitado" y que permitiría "cubrir una demanda muy elevada y equivalente a la que ya existe actualmente". Esto pero, no está exento de importantes dudas, tanto tecnológicas cómo ambientales.

De hecho, la incorporación del CO2 producido por los combustibles fósiles se acaba devolviendo a la atmósfera. "Actualmente se permite que el CO2 sea origen fósil, precisamente, para permitir desarrollar la tecnología. A partir de 2040 todo el CO2 para combustibles tendrá que proceder de fuentes biogénicas y habrá que eliminar la parte fósil. Pero, a día de hoy, el CO2 más concentrado y con fuentes abundantes es fósil", asume la tecnóloga de la compañía.

El proceso para producir estos combustibles sintéticos, a partir de la previsión de utilizar en el proceso hidrógeno verde -tecnología procedente de fuentes renovables pero todavía muy poco desarrollada- requiere una consumo de energía "muy elevado" y "intensivo". "Los procesos postractamento posteriores están optimizados, porque son similares a los actuales, pero es cierto que aquí hace falta un desarrollo y optimización del proceso", ha aseverado.

Transformaciones industriales a Tarragona

Partiendo del convencimiento que la implantación de estas nuevas tecnologías permitirá aprovechar las actuales infraestructuras de almacenamiento y logísticas, Repsol ya estudia también la construcción de nuevas plantas con tecnología diferente al mismo tiempo que adaptación las instalaciones actuales para poder transformar estas materias.

En el caso concreto de Tarragona, la responsable de la compañía se muestra extremadamente prudente. "Estamos estudiando la adaptación de diferentes procesos, incluyendo muchos de los que están en Tarragona, para adaptar las unidades que tenemos a estas materias primeras y producir combustibles renovables", se ha limitado a asegurar Esarte, sin querer precisar ningún horizonte temporal.

En este sentido, la primera transformación que tiene prevista Repsol en este ámbito es la de la refinería de Puertollano (Ciudad Real), que dejará de producir a partir de materias primeras fósiles para hacerlo con renovables. No sería el mismo proceso que se podría acabar aplicando en el complejo de Tarragona, pendiente del estudio de la adaptación de varias unidades concretas.

"Está previsto que todos los complejos se transformen porque es la ruta que sigue Repsol", ha cerrado Esarte. La compañía quiere disponer de un tercer centro industrial de estas características antes del 2030 -cuando confía llegar a una producción de 2,7 millones de toneladas de "combustible renovable"- y trabaja en un proyecto de combustibles sintéticos en Bilbao.

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