Capgròs
La aviación ha sido uno de los sectores que ha contribuido significativamente al aumento de las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) y, por lo tanto, al cambio climático. Las emisiones de este sector representan entre un 3 y un 6 % del total de las emisiones de CO₂. Además, el tráfico aéreo continúa creciendo a un ritmo acelerado, el que plantea la cuestión crítica de cómo mitigar el impacto ambiental de la aviación.
Las aerolíneas están impulsando una nueva alternativa: los Combustibles de Aviación Sostenibles (SAF, por sus siglas en inglés), que técnicamente no generan nuevas emisiones de CO₂. Estos SAF se producen captando CO₂ de la atmósfera mediante un proceso químico para crear un combustible sintético. Esto significa que el CO₂ que emiten al quemar SAF ya había sido presente a la atmósfera y, por lo tanto, se considera casi neutro en emisiones.
Sin embargo, el SAF es actualmente costoso de producir, aproximadamente tres veces más caro que los combustibles convencionales, y su uso es todavía limitado. Al Aeropuerto de ^, por ejemplo, su utilización no llega al 1 %. Aún así, las aerolíneas consideran el SAF cómo la solución definitiva para su crecimiento sin tener que hacer cambios significativos.
Los expertos advierten que estos combustibles no son la solución definitiva. El tráfico aéreo se prevé que aumente cuatro veces más en los próximos años, hecho que resultará en un aumento de las emisiones, incluso con el uso de combustibles sostenibles.
Stefan Gössling, profesor de turismo a la Universidad de Linnaeus a Suecia, argumenta que las aerolíneas tienen la expectativa de un crecimiento infinito, pero la comunidad científica coincide en que controlar la demanda es esencial para lograr los objetivos climáticos. Esto podría implicar la intervención de los gobiernos e instituciones para prohibir rutas ya alternativas y viables mediante otros medios de transporte, cómo ya ha hecho Francia.
El ejemplo del puente aéreo Barcelona-Madrid, con un tren de alta velocidad compitiendo con vuelos, es un caso que ilustra esta cuestión. A pesar de la competencia ferroviaria, algunas aerolíneas continúan resistiéndose a reducir sus rutas.
El control de la demanda, crucial
En resumen, mientras los combustibles sostenibles pueden ser un paso en la dirección correcta, el control de la demanda de viajes en avión y la investigación de alternativas de transporte más sostenibles acontecen cruciales para abordar el problema de las emisiones de la aviación y cumplir los objetivos climáticos. La presión para cambiar esta situación tendrá que provenir de los gobiernos y las instituciones que han apoyado la aviación con miles de millones, puesto que el poder del lobby aeronáutico es considerable y las exime de pagar impuestos sobre sus combustibles.
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