El Banco Central Europeo (BCE) ha optado por una nueva pausa, la cuarta consecutiva desde octubre pasado, y mantiene el tipo de interés básico en el 4,5%. Aunque la inflación en la eurozona aún se sitúa por encima del objetivo del 2%, siendo del 2,6% en febrero, la entidad ha mejorado las perspectivas de inflación para los próximos ejercicios y prevé que la tasa vuelva a situarse en el 2% en 2025, una tendencia acelerada principalmente por un menor impacto de los precios de la energía, según indica el banco central. Sin embargo, la institución presidida por Christine Lagarde ha rebajado en dos décimas la previsión de crecimiento del PIB en la zona euro para este 2024, hasta el 0,6%.
Además de la pausa sobre el tipo de interés básico, el resto de los tipos que controla el BCE tampoco han sufrido variaciones. Así, el tipo para los préstamos inmediatos queda fijado en el 4,75%, mientras que el tipo que se aplica a las entidades para depositar dinero en el banco central se mantiene en el 4%.
De la misma manera que en las anteriores reuniones del consejo de gobierno, el comunicado del BCE no anticipa reducciones de tipos y se limita a señalar que el precio del dinero se encuentra en un nivel que, si se mantiene durante un período de tiempo "suficientemente largo", contribuirá "de forma sustancial" al objetivo de reducir la inflación.
Mejoras en la inflación, pero no en el PIB
El anuncio sobre la evolución de los tipos de interés ha coincidido con la actualización de las previsiones económicas del BCE. En este sentido, los expertos de la entidad prevén ahora que la inflación para este 2024 sea, de media, del 2,3%, cuatro décimas menos en comparación con las estimaciones realizadas en diciembre pasado.
De la misma manera, el banco central prevé que la inflación alcance el objetivo del 2% en el año 2025 y que esta se estabilice en el 1,9% en 2026. En la anterior actualización, el BCE apuntaba que la tasa se mantendría por encima del 2% en 2025 y que no sería hasta 2026 que se alcanzaría el objetivo.
En la misma línea, la inflación subyacente, la que no tiene en cuenta los alimentos y la energía, también se ha revisado a la baja. Según la nueva actualización, esta se situará en el 2,6% en este 2024 (antes 2,7%), bajará hasta el 2,1% de cara al 2025 (antes 2,3%) y se estabilizará en el 2% en 2026 (antes 2,1%).
El BCE indica que las condiciones de financiamiento "siguen siendo restrictivas" y señala que "las anteriores subidas de tipos continúan frenando la demanda, un hecho que está contribuyendo a reducir la inflación". Ante este escenario, la entidad ha revisado dos décimas a la baja la previsión de crecimiento del PIB en la eurozona para 2024, hasta el 0,6%, al mismo tiempo que prevé una actividad económica "moderada" a corto plazo.
Más adelante, el Banco Central Europeo anticipa una recuperación de la economía y que el crecimiento se sitúe en el 1,5% en 2025 y en el 1,6% en 2026, impulsado inicialmente por el consumo y luego por la inversión.
A la espera de futuras reducciones
La decisión va en línea con los posicionamientos que ha ido emitiendo la institución a lo largo de las últimas semanas. Tanto la presidenta Christine Lagarde como el vicepresidente Luis de Guindos han defendido que el mantenimiento de los tipos en niveles "suficientemente restrictivos" durante un período "suficientemente largo" contribuirían a hacer volver la inflación alrededor del 2%.
Sin embargo, también comienza a vislumbrarse una primera bajada de tipos de cara al verano para evitar que la voluntad de controlar la inflación termine comprometiendo el crecimiento económico. Más allá de la revisión a la baja del crecimiento económico, en países como Alemania, por ejemplo, ya se ha entrado en recesión técnica.
Lagarde ya avanzó en el Foro Económico de Davos (Suiza) que veía posible una bajada del precio del dinero en verano, aunque algunos medios económicos apuntan que, en función de la evolución de la situación económica, la reducción podría adelantarse. La siguiente fecha marcada en el calendario es el 11 de abril, cuando el Consejo de Gobierno del banco central se debe reunir nuevamente en Frankfurt para decidir una vez más sobre su estrategia de política monetaria.
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