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Capgròs.com - ACN

Pobreza farmacéutica: un problema creciente y no reconocido

Cada vez más personas sufren pobreza farmacéutica: no pueden pagarse los medicamentos e incrementa el gasto en salud mental

El ONG Banco Farmacéutico alerta que en los últimos meses se están encontrando "mucha más pedida" de personas que no pueden pagarse los medicamentos o tienen dificultades para hacerlo, sobre todo por las consecuencias de la pandemia de la covid-19 y la inflación . "Si se encarecen los productos básicos cómo los alimentos, las personas con dificultades también tienen más para pagar los medicamentos", dice el director de la entidad, Javier Vinzia, en una entrevista a la ACN. También se muestra preocupado por el gasto en medicamentos en el ámbito de la salud mental y por la pobreza menstrual. La entidad calcula que más del 3,3 % de la población al estado español tiene dificultades para pagarse la medicación e insta las administraciones a reconocer el alcance del problema.

El Banco Farmacéutico, asociación fundada el 2007 a Barcelona, ha recibido un 30 % más de peticiones en los primeros siete meses del 2020 respecto al mismo periodo del 2021. Vinzia indica que, a pesar de que del 2018 al 2022 han aumentado el importe para pagar medicamentos en más de 100.000 euros, no pueden atender todas las peticiones. El año pasado, la entidad cubrió los fármacos de unas 1.400 personas en el programa del Fondo social de medicamentos y la previsión por cuando se acabe este año es haber atendido unas 1.600.


El Fondo social de medicamentos

El programa del Fondo social de medicamentos se puso en marcha el 2015 en el marco de un acuerdo con el Instituto Catalán de la Salud (ICS) para cubrir el coste del plan de medicación de personas con dolencias crónicas sin recursos para pagarlo. El programa empezó con una prueba piloto a Barcelona y más tarde se extendió al resto del territorio.

Este programa funciona de la siguiente manera: el trabajador social del centro de atención primaria (NINGUNA) hace la valoración y el seguimiento de los casos de los pacientes, que, un golpe dados de alta en una plataforma, pueden retirar la medicación a la farmacia y la entidad paga los medicamentos al establecimiento.

Los usuarios del programa son personas con dolencias crónicas con un plan de medicación con un coste superior a los 20 euros. De media, el coste de estos planes para los pacientes se sitúa entre los 80 y 100 euros pero algunas veces puede superar los 200, expone Vinzia. Si el plan de medicación tiene un coste inferior a los 20 euros y el paciente no lo puede pagar, se considera que se encuentra en una situación de pobreza general y no farmacéutica. Sin posarle apellidos, a la pobreza.

El director del ONG explica que las dificultades para pagar la medicación por parte de algunas personas "se desbordaron hacia el 2015" después de que el 2012 se empezara a aplicar el modelo de copagament a nivel estatal. "El programa surgió a raíz de la petición de trabajadoras sociales, que alertaron que la pobreza farmacéutica que estábamos cubriendo en entidades sociales se lo estaban encontrando en los centros de salud con el decreto de copagament", recuerda.

A pesar de que hay algunos colectivos exentos del pago, explica que los afectados son sobre todo trabajadores pobres, es decir, personas que están trabajando pero con una retribución que no los permite vivir en condiciones dignas. Así, las personas con una renta inferior a los 18.000 euros no quedaban exentos del copagament, con una aportación del 40 %.

Farmàcia Picornell 0019
Farmacia Picornell 0019

Reforzar el trabajo con las entidades sociales ante el aumento de necesidades

El Banco Farmacéutico quiere recuperar y reforzar en los próximos meses el trabajo con las entidades sociales para ir más allá del perfil que cubre el programa del Fondo social y llegar así a otras personas, cómo por ejemplo pacientes con dolencias crónicas con un plan de medicación inferior a los 20 euros o con patologías agudas.

"En los últimos meses las entidades sociales nos reclaman que las ayudamos, por eso pondremos en marcha un programa para atender diferentes perfiles", dice el director del Banco Farmacéutico, que el septiembre incorporará una trabajadora social para hacer seguimiento de los casos de posibles usuarios derivados por las entidades.

Vinzia destaca que están observando un aumento de las necesidades en los últimos meses, también de medicación asociada a patologías de salud mental, que suele tener un coste elevado. La pandemia ha incrementado y agravado los problemas de salud mental por varios motivos, como los efectos de los confinamientos, las dificultades para acceder a un sistema sanitario volcado en la covid durante unos meses o los problemas económicos y sociales.

Pobreza menstrual: las peticiones aumentan un 20 %

Otra preocupación es el incremento de la pobreza menstrual, es decir, las dificultades para acceder a los productos para la regla, cómo pueden ser comprendidas o tampones. Las peticiones de estos productos a la entidad han aumentado un 20 %, indica Vinzia.

"Hemos identificado un segmento de la población que no tiene los medios económicos para acceder a estos productos, muy caros y sujetas a IVA. Hay personas que se inventan formas para paliar esta situación durante la menstruación o, directamente, dejan de ir a la escuela por vergüenza", advierte. El Banco Farmacéutico hace talleres sobre educación menstrual, en que mujer a conocer productos reutilizables, como las copas menstruales. También facilita productos a entidades, en colaboración con un fabricante.

Cuatro de cada diez mujeres del estado español no se puede permitir el producto menstrual que querría y una de cada cinco no ha tenido acceso en algún momento de su vida, según cifró un estudio del Instituto Universitario de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol y Gurina (IDIAPJGol) publicado hace unos meses.

Esta pobreza no es nueva, pero ha sido muy oculta. La preocupación por este problema va entrando muy despacio en la agenda social y política y la semana pasada Escocia se convirtió en el primer país del mundo a fijar por ley la gratuidad de los productos menstruales.

Demanda de más implicación de las administraciones

Vinzia insta las administraciones a reconocer el alcance de la pobreza farmacéutica, que, según una estimación de la entidad, afecta más del 3,3 % de la población al estado español. El director del ONG pide a administraciones como los ayuntamientos que sean consciente que esta pobreza existe a los municipios.

Vinzia cruz que algunas administraciones dedican pocos recursos a la pobreza farmacéutica porque ignoran la población que afecta y afirma que hay laboratorios "sensibilizados" con esta realidad y que facilitan productos, una vía que la entidad quiere intensificar en los próximos meses.

También es cierto, añade, que algunos usuarios del programa del Fondo social retiran la medicación de la farmacia de otro municipio o que los quede lejos de casa porque tienen vergüenza de la situación que atraviesan. Y es que muchas personas sufren esta situación de vulnerabilidad con estigma y por eso Vinzia pide sensibilizar la población ante esta realidad.

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