Niños y videojuegos: pautas por un buen uso
Niños y videojuegos: pautas por un buen uso

Niños y videojuegos: pautas por un buen uso

Los videojuegos forman parte de nuestro día a día, por eso es importante saber gestionarlo desde muy pequeños.

Los videojuegos están presentes por todas partes. Ya no se trata solo de un elemento presente en consolas de sobremesa y portátiles, sino que también los tenemos al ordenador, a las mesitas y a los móviles. Por eso, hay que seguir una serie de pautas que permitan hacer un buen uso: disfrutar del ocio interactivo sin caer en los abusos es importante. Estas son algunas de las indicaciones que nos llegan desde el Consorcio Sanitario del Maresme y su unidad de juego patológico y adicciones comportamentals.

El primero y principal, ubicar la consola o el ordenador en un lugar común de la casoa. Esto permitirá que los padres y madres puedan interactuar y observar que se está haciendo. De hecho, un elemento clave es precisamente el de mostrar interés por aquello que juegan tus hijos, inclús jugar con ellos para entender qué sienten, que experimentan y que se los ofrece. Esto permite entender mucho mejor aspectos buenos y malos, perfilar opciones de compra y también mejorar la comunicación familiar.

Uso, pero no abuso

Es importante que los videojuegos se usen en su justa medida, puesto que es fácil que se enganchen por las recompensas que ofrecen: cuanto más juegas, más avanzas y más interesante se posa. Hay que pactar y hablar el tiempo de juego recomendado, siempre teniendo en cuenta las recomendaciones de uso de pantallas que las especialistas del Consorcio Sanitario del Maresme ya hicieron en este artículo. Al final, se trata de asegurarse que no se coma tiempo otras actividades, ni por supuesto de acciones principales (dormir, comer, etc.). El tiempo libre de los niños es para disfrutarlo, pero no puede vehicularse solo a través de los videojuegos.

Por otro lado, es importante identificar cambios de comportamientos en los niños para posar freno. Si se posan nerviosos o agresivos, hay que pararlos, hacerlos descansar y animarlos a hacer otras actividades. El videojuego tiene que servir cómo recreo, inclús como motivación, pero no cómo un elemento de frustración. Ya volverá a jugar al día siguiente, si procede.

Elementos de seguridad: hace falta la implicación de los padres

Por norma, la mayoría de dispositivos cuentan con controles parentales que permiten acotar qué pueden hacer los niños y a que pueden jugar. Es importante que los padres y madres aprendan todas las funciones de cada dispositivo para activarlos y delimitar su uso. Desde avisos si hace demasiadas horas que juegan hasta limitaciones en las compras, pasando por controles cómo tienen algunas mesitas donde el padre o la madre tiene que verificar que aquel juego que quiere el niño se puede descargar.

A banda, también hay muchos elementos de privacitat que hay que controlar, cómo la aceptación o no de invitaciones de usuarios desconocidos o que se comparte en redes de nuestra actividad. Esta es una tarea de los adultos que se tiene que llevar a cabo previamente y que es muy importante.

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