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Infección de orina: por qué es más frecuente en verano

El incremento de estos casos tiene que ver con problemas relacionados con hábitos durante el verano.

Las infecciones de orina, también conocidas como cistitis, son una afección común que afecta tanto hombres cómo mujeres. Durante los meses de verano, la incidencia de estas infecciones aumenta significativamente. Pero, a que se debe de? La causa puede ser atribuida a varios factores relacionados con la estación, los hábitos y el comportamiento durante los meses más cálidos del año.

Estas son algunas de las situaciones que contribuyen al incremento de infecciones de orina a la época estival:

  1. Deshidratación: El verano es una época en que las temperaturas suben, y a menudo la gente no ingiere bastante líquidos para mantenerse hidratada. La deshidratación puede causar una disminución del volumen y la concentración de orina, el que hace que las bacterias tengan más facilidad para adherirse a las paredes del aparato urinario y causar infecciones.
  2. Vestuario: Durante el verano, muchas personas visten con ropa más ligera y banyadors, que pueden estar en contacto directo con la piel de la región genital. Esta proximidad entre la ropa y las áreas susceptibles de ser infectadas, favorece la propagación de bacterias hacia el aparato urinario.
  3. Agua y piscinas: Es el tiempo de los baños frecuentes, esté en la playa o a las piscinas públicas. El agua de las piscinas no siempre se mantiene de forma adecuada y puede contener bacterias y otros patógenos que pueden causar infecciones en caso de que entren en contacto con las zonas genital y urinaria.
  4. Hábitos de higiene: El verano puede alterar nuestros hábitos de higiene, como por ejemplo un mayor uso de baños y establecimientos públicos y la falta de cura en la limpieza personal por el hecho de estar fuera de casa. Una higiene inadecuada puede contribuir a la propagación de bacterias hacia el aparato urinario.
  5. Actividad sexual: Durante el verano, es común que la gente esté más activa socialmente y sexualmente. Las actividades sexuales pueden favorecer también la transmisión de las bacterias.


Para prevenir las infecciones, es, por lo tanto crucial beber bastante líquidos, usar el papel higiénico de forma correcta (de ante ninguno atrás para prevenir la contaminación), cambiarse la ropa mojada, como por ejemplo banyadors después de bañarse, para evitar la retención de humedad y asegurarse en la medida del que sea posible, que las piscinas estén netas y muy tratadas con desinfectantes. Es recomendable también, tomar una ducha inmediatamente después de salir de la piscina para eliminar las bacterias que puedan haberse adherido a la piel.

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