Cómo la dieta puede ayudarte ante los efectos de la endometriosi

La endometriosis es una enfermedad que, si no se trata, puede llegar a ser muy incapacitante. Es una enfermedad que produce una respuesta inflamatoria que puede acabar desencadenando un estrés oxidativo en el organismo. Por eso, entre las recomendaciones dietéticas que los ginecólogos especializados en esta patología dan a las pacientes para disminuir o controlar los síntomas está la de seguir una dieta antioxidante y antiinflamatoria.

Es necesario seguir una dieta en la que se combinen todos estos alimentos y no se centre en un determinado nutriente. Por mucho que la vitamina C sea antioxidante, una dieta basada solo en naranjas no funcionará.

Conviene evitar los ácidos grasos omega 6, como el aceite de girasol o maíz, y aumentar el consumo de ácidos grasos esenciales, presentes en alimentos como el salmón, los pescados pequeños, las semillas de chía, lino o cáñamo, nueces de macadamia, aceites de pescado y aceite de oliva.

Eliminar de la dieta los grasas parcialmente hidrogenadas (trans), evitar productos con grandes cantidades de azúcar, incluir alimentos que aumenten el equilibrio hormonal (como los frutos rojos, las coles, la cebolla y las uvas negras) y limitar la carne roja. También se recomienda dejar las bebidas alcohólicas y exponerse al sol al menos tres veces a la semana. Siempre durante 10-15 minutos, suficiente para adquirir vitamina D, que reduce las respuestas inflamatorias.

¿Qué es la endometriosis?
La endometriosis es una condición en la cual el tejido que normalmente reviste el interior del útero (el endometrio) crece fuera de esta zona, como en los ovarios, las trompas de Falopio, los tejidos que envuelven el útero u otros órganos pélvicos. Este tejido endometrial que crece fuera del útero se comporta como lo haría dentro del útero durante el ciclo menstrual, pero esta vez no tiene ningún lugar para salir del cuerpo y se puede acumular y causar dolor, inflamación y otros problemas de salud.

La endometriosis afecta principalmente a las mujeres en edad reproductiva, es decir, entre los 15 y los 49 años, y se calcula que afecta entre el 6% y el 10% de esta población femenina. Esta enfermedad puede causar problemas de fertilidad en aproximadamente el 30% de las mujeres afectadas, y también puede causar dolor durante la menstruación, las relaciones sexuales o la defecación, entre otros síntomas.