Capgròs
El azúcar y el chocolate tienen determinados componentes químicos que activan la zona de recompensa del cerebro y si se ingieren con frecuencia se puede crear un hábito que puede resultar, a la larga, difícil de controlar.
Si eres de aquellas personas que no puede resistir el deseo de comer una golosina o chocolate, es porque tanto el azúcar cómo el chocolate activan un conjunto de neuronas en el cerebro que se denominan sustrato nervioso del refuerzo. El mismo pasa con otras sustancias cómo pueden ser el café o el té, y también con otras actividades cómo el sexo o la comida en general.
Empezamos por el chocolate. Esta tiene un compuesto químico natural que se denomina teobromina que forma parte de un grupo de alcaloides que estimulan el sistema nervioso central. En cuanto al azúcar, actúa a través de la dopamina, que es el neurotransmisor más importante del sistema nervioso central y participa en varias funciones, entre las cuales el emocional.
Por esta capacidad estimulante, cuando consumimos dulces o chocolate se genera un proceso adictivo, es decir, "un hábito de consumir esta sustancia porque es gratificante. A pesar de que para hablar de adicción tendría que haber una conducta compulsiva, sería una persona que no puede dejar de comer chocolate o dulces y no consume otros nutrientes hasta el punto de tener consecuencias para la salud", puntualiza Redolar. Así que, aunque no derive en una adicción, cómo reactiva los receptores del sistema de recompensa nos resulta placiente y por eso cuesta tanto evitar estos deseos.
Consejos para evitar deseos de dulce y otros poco saludables
La región que nos permite el control de nuestra conducta y anticiparse a las consecuencias a largo plazo es la corteza prefrontal dorsolateral. Por eso, para evitar los deseos de dulce o chocolate hay que recurrir a las técnicas de control cognitivo que potencian la activación de esta zona del cerebro.
Detrás de esta conducta caprichosa o deseo de azúcar o chocolate (o cualquiera otra comida poca recomendable) hay un trasfondo más complejo. El que hace falta es posar remedio a la inquietud, un problema de intranquilidad, para no abusar del término ansiedad. Se trata de trabajar variables para sembrar un nivel de tranquilidad y equilibrio.
A corto plazo, para evitar los deseos de dulce y otras comidas adictivas, hay que tener muy claras las horas en que se come y ceñirse. Se trata de ayudarnos del reloj para frenar este pensamiento y cuando surjan las ganas decirnos "hasta de aquí a una hora no me toca la merienda o la comida".
Si llega la hora de comer y vuelve al deseo de dulce como postres, se aconseja llegar a la sensación de saciedad, a la que se llega a los 20 minutos después de empezar a comer. Es decir, intentar comer despacio, a un ritmo que permita llegar a este umbral de saciedad. Otro truco para evitar tomar un dulce o chocolate de postres y que ayuda a controlar o frenar este deseo es lavarse los dientes justo después de cada comida. También se pueden sustituir los postres por infusiones o bebidas saludables que no estén asociadas a ningún aperitivo.
Algunos hábitos para evitar los efectos del azúcar al organismo
En esta línea de cambiar de hábitos, hay algunas pautas de alimentación que ayudarán a evitar los efectos nefastos del azúcar al organismo:
- Realizar una alimentación equilibrada y saludable, incluyendo los hidratos de carbono integrales.
- Eliminar los alimentos procesados que contengan muchos azúcares, puesto que no son saciants ni tienen buena calidad nutricional.
- Tener una despensa adecuada de alimentos nutritivos y de calidad, sin contar las kilocalorías.
- Consumir más alimentos frescos y aumentar el consumo de frutas y verduras.
- Realizar alguna actividad física que nos guste.
- Acudir a uno/a dietista-nutricionista colegiado/da para aprender a comer saludablemente.
- Acudir a psicoterapia para tratar conductas si hace falta
Fuente: cuidateplus.marca.com
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