Cómo hacer frente a una crisis de ansiedad

Experimentar una crisis de ansiedad es una experiencia avasalladora. Los síntomas físicos y mentales estallan de manera repentina: dificultad para respirar, taquicardia, mareos, temblores... y con ellos, un mareo de pensamientos catastróficos que envuelven el cabo en un estado de pánico y desesperación. Esta situación, que puede parecer sin razón ni peligro aparente, es conocida como crisis de ansiedad, ataque de angustia o pánico.

Los números hablan: casi un 7 % de la población sufre este tipo de crisis, afectando sobre todo mujeres en edades productivas, de los 35 a los 65 años. Una incidencia que, después de la pandemia, se ha visto en aumento, también entre adolescentes e incluso a niños, según los psicólogos. Aún así, la falsa creencia cultural que asocia estas crisis con una debilidad personal hace que muchas personas las escondan, por miedo a ser juzgadas o para no querer reconocer un aspecto considerado negativo.

La ansiedad se ha convertido en un mundo donde convivimos con la presión, el estrés y la evaluación constante de los estímulos externos. A pesar de que todo el mundo está expuesto a tener una crisis de angustia en algún momento de la vida, su desarrollo dependerá tanto de la personalidad de cada cual cómo de las herramientas que tengamos para gestionar las emociones.

"Las personalidades más ansiosas o rígidas tienen más probabilidades, pero la realidad es compleja, interviniendo factores como la estructura familiar o el contexto social", señala Carol Palma, del Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña.

Las crisis de ansiedad no se limitan a situaciones de peligro evidente; a menudo, surgen en momentos de absoluta calma, incluso mientras se duerme. Los desencadenantes pueden ser diversos, desde una sensación física hasta el uso de drogas o alcohol como mecanismos de apaciguament.

El miedo a perder el control, a volverse loco o a morir es común en estas situaciones. Estos temores se combinan con escenarios y contextos, activando el sistema de alarma en situaciones parecidas en el futuro. Esta "ansiedad anticipatòria" puede conducir a comportamientos de evitación, agravando todavía más el cuadro de angustia.

Como actuar durante una crisis

Un golpe se inicia la espiral de síntomas, es esencial controlar la respiración. Contrariamente al que se puede pensar, hay que respirar lentamente para evitar aumentar la angustia. Es crucial reconocer y describir las sensaciones físicas, redirigiendo los pensamientos hacia el cuerpo y las emociones.

Abrir el foco, mirar el que nos rodea y conectar con la realidad, ayuda a tener una perspectiva más amplia. Hay que recordar que las crisis son episodios temporales, limitando la desesperación en el espacio y el tiempo.

Como ayudar alguien durante una crisis

Es crucial saber como ayudar alguien durante una crisis. Es recomendable evitar indicar a la persona que respire profundamente o establecer contacto visual y físico, puesto que esto puede aumentar la angustia. Se tiene que ser consciente de los comentarios que pueden ser perjudiciales, como negar los síntomas o hacerle sentir culpable por su sufrimiento.

En lugar de esto, ofrecer frases de empatía y alivio, así como simplemente ser presentes, puede ser mucho más beneficioso para la persona en crisis.

Enfrentarse a una crisis de ansiedad requiere comprensión y empatía. Es fundamental desestigmatitzar esta experiencia y promover una cultura de apoyo y comprensión. Con los consejos adecuados y la comprensión de las necesidades individuales, podemos ayudar a superar esta situación y construir una sociedad más inclusiva y compasiva.

Fuente: ccma.cat/324