Esperar dos horas para bañarte por la digestión. Realidad o mito? Foto: iStock.
Esperar dos horas para bañarte por la digestión. Realidad o mito? Foto: iStock.

El corte de digestión: ¿Mito o realidad?

Conocido popularmente en casa nuestra como "corte de digestión", el contraste calor corporal-agua fría puede provocar reacciones adversas al cuerpo a pesar de que, como tal, no sea un corte de digestión

Quién no ha esperado dos horas después de comer para volver a bañarse a la playa o a la piscina? Ratos que se hacían eternas y que dentro de nuestro representaban un tiempo muy valioso de diversión perdido. La Generalitat de Cataluña recoge entre sus recomendaciones para el baño que "respetamos un mínimo de dos horas para bañarnos después de comer". Estos consejos por un baño seguro añaden: "evitáis estaros demasiado rato al agua y sumergiros durante mucho tiempo, puesto que esto disminuye las defensas del organismo".

La Cruz Roja, en la misma línea de la administración catalana, también recomienda evitar el baño mientras se está "haciendo la digestión". Aconsejan esperar un tiempo aproximado alrededor de dos horas (especialmente después de comidas abundantes) para prevenir el "corte de digestión".

Pero últimamente han sido muchas las voces que han cuestionado precisamente el concepto de "corte de digestión". De hecho, el reconocido pediatra Carlos González aseveraba en un artículo a la Ara Criatures  que el "corte de digestión es un mito y una creencia popular sin fundamento". González explicaba en este texto que "no existe ningún estudio científico que indique que bañarse después de comer presente un peligro particular, ni ningún motivo racional para esperar dos horas". A pesar de que la Generalitat y la Cruz Roja recomiendan esperar este tiempo prudencial, el pediatra explica que "ningún organismo serio en lengua inglesa recomienda dejar pasar un tiempo entre la comida y el baño".

El que sí que está documentado y seguramente se puede relacionar con el que popularmente se conoce como "corte de digestión" es la hidrocución, un choque provocado por un cambio brusco de temperatura. Este cambio se suele producir cuando accedemos al agua fría después de pasar mucho rato a una temperatura elevada. Un choque que nos puede provocar malestar, sensación de mareo o vértigo, dolor de cabeza, fatiga, piel de gallina, sensación de calor y envejecimiento de la piel entre otras. Un cuadro que acostumbra a ser leve, pero que también puede acabar provocando, por culpa del aumento de la presión arterial causado por el contraste de temperaturas, una pérdida de conocimiento o un infarto. Uno de los peligros también pasa porque todos estos síntomas nos cojan dentro del agua, cosa que podría representar problemas añadidos.

Como evitar esta situación

La cuestión es como podemos evitar esta vasoconstricción provocada por el cambio brusco de la temperatura (el calor del verano chocante contra el agua fría del mar o de la piscina). De entrada, por este y otros motivos, se aconseja evitar la exposición prolongada al solo, pero además hay que intentar entrar de manera progresiva al agua. La idea es preparar el cuerpo porque se pueda adaptar al cambio de temperatura. También se desaconseja entrar al agua fría justo después de haber hecho ejercicio físico intenso. Dejar de banda el alcohol y hacer comidas ligeras cuando estamos en la playa o a la piscina también facilita el equilibrio de temperatura entre el cuerpo y el agua. Ya lo veis. Mito o realidad según se mire.

Fuente principal: Ahora Criaturas

Comentarios