Hiperactividad y alimentación: los trastornos más extendidos entre niños
Hiperactividad y alimentación: los trastornos más extendidos entre niños

Cómo puedo detectar si hay un trastorno alimentario o TDAH?

El seguimiento coordinado entre familia, pediatras y escuela, junto con el conocimiento de los síntomas son la clave, según nos explica el Consorcio Sanitario del Maresme

Se está empezando a hablar mucho la salud mental de niños y adolescentes. Se habla pero probablemente no hay bastante conocimiento de los diferentes trastornos y sus expresiones. Qué tenemos que saber, qué tenemos que tener presente para detectar posibles trastornos? Cuando sabemos si estamos ante un caso de trastorno alimentario o de trastorno por hiperactividad, los dos más extendidos. l Consorcio Sanitario del Maresme nos habla de la mano de Paloma Varela, psiquiatra y Ninguno de Salud Mental Infantojuvenil.

La pandemia ha trastocado el día a día de muchas familias pero… cómo podemos detectar si nos encontramos ante un posible trastorno o no? Para conocer los dos casos más extendidos entre los trastornos mentales que se pueden diagnosticar en la infancia se encuentran el déficit de atención / trastorno de hiperactividad (TDAH), ansiedad , los trastornos afectivos , los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y trastornos del comportamiento.

Detectar la hiperactividad

Los síntomas del TDAH acostumbran a aparecer a partir de los 6 años y se manifiestan en todos los entornos, como por ejemplo la familia, la escuela y otros contextos sociales, a pesar de que se pueden percibir con intensidad diferente. El incremento en la prevalencia del TDAH, según los últimos estudios se estima entre 7,2 y 9,4 %. En los últimos años, no es tanto que haya un incremento del trastorno, sino que sube la detección y hay una mayor sensibilización hacia el mismo desde etapas cada vez más precoces , lo cual previene la aparición de trastornos derivados de la falta de detección o intervención. Aquí es muy importante el rol de las familias, las escuelas o los pediatras ante la falta de funcionalidad en algunos de los dominios de la vida del menor. Porque haya un diagnóstico claro, los síntomas se tienen que reproducir en los diversos ámbitos: familiar , escolar y social.

Las personas afectadas pueden presentar:

  • Dificultades para mantener la atención (carencia de atención).

  • Exceso de actividad motriz y/o cognitiva (hiperactividad).

  • Carencia de control del comportamiento (impulsivitat).

  • Dispersión y facilidad para distraerse con estímulos irrelevantes.

  • Tendencia a cometer errores por descuido, por ejemplo, en los trabajos escolares.

  • Dificultad para organizar y terminar tareas.

  • Incapacitado para posar atención a los detalles.

  • Olvidos persistentes en las actividades diarias.

Trastorns de la conducta alimentaria

Trastornos de la conducta alimentaría

Detectar el trastorno alimentario

Los trastornos de la alimentación, de hecho, pueden aparecer en cualquier edad de la infancia o adolescencia, pero su prevalencia en los menores de edad se da sobre todo en la adolescencia . Cualquier trastorno de la conducta alimentaria supone una necesidad de intervención preferente y multimodal para evitar complicaciones y un pronóstico peor.

Un mejor pronóstico depende de la detección temprana del Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA), por lo cual es importante prestar atención a posibles señales de alerta.

Las personas afectadas pueden presentar:

  • Conductas y actitudes que indican que la pérdida de peso y el control de la alimentación se están convirtiendo en la mayor preocupación de la persona.

  • Saltarse comidas con todo tipo de pretextos. No acabar la comida o tirarlo.

  • Esconder o almacenar comer.

  • Ir al lavabo inmediatamente después de la comidas. Intentar esconder vómitos o justificarlos.

  • ​​Aumento del ejercicio, que generalmente se realiza en solitario y de forma compulsiva. Aprovechar cualquier ocasión para ir andando o evitar coger ascensores.

  • Tolerar mal los cambios en las rutinas diarias, vivirlos con estrés y ansiedad .

  • Inquietud continúa. No poder estarse quieta o sentada.

  • Alteración del rendimiento académico o laboral.

Intervenir sin miedos ni perjuicios

Despacio la sociedad va entendiendo que la salud mental es un pilar fundamental en el buen funcionamiento de nuestros menores, y que sin salud mental todos los ámbitos de la vida del menor se ven alterados.

La pérdida de estructura en el día a día y la disminución en la frecuencia de la intervenciones psicoterapèutiques derivadas de la pandemia ha supuesto una agravación en el cuadro clínico de estos menores, pero también ha evidenciado la necesidad de intervención protocol·litzada e intensiva desde las aulas y profesionales.

La creación desde este año próximo de la especialidad de psiquiatría de la infancia y adolescencia , permitirá formar a mejores profesionales especializados en salud mental infantojuvenil y mejorar las resistencias por parte del entorno al hecho que un menor acuda al psiquiatra .

 

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