Retomar las rutinas de sueño en la vuelta a la escuela

Durante las vacaciones, muchos hábitos y rutinas se modifican, también para los niños. El del sueño es un caso típico: es común acostarse y levantarse más tarde que durante el resto del año. Y, en el momento de volver a la escuela, los pequeños tienen que adaptar de nuevo sus costumbres a las horas establecidas. Cómo conseguirlo?

El principal consejo es que los menores empiecen a acostarse pronto desde unos días antes de que empiecen las clases, para evitar que el cambio sea demasiado brusco. El más apropiado es empezar con esta práctica hasta dos semanas antes del inicio del curso, porque sea progresivo.

Una clave para ayudar al hecho que cojan bien el sueño radica en la actividad física. En general, la recomendación es que los pequeños hagan actividad física de moderada a intensa al menos durante una hora al día. En épocas en que hace falta ajustar los horarios de dormir, se pueden promover algunas actividades más, porque el esfuerzo pida un descanso reparador.

Por otro lado, es fundamental atender las rutinas del sueño: la cena, el baño y otras actividades que indican que se acerca la hora de ir a dormir. Si todavía hay mucha luz natural, baja las persianas, y, por el contrario, levántalas por la mañana un rato antes de que el niño se despierte.

También hay que prestar atención a las pantallas, que son enemigas del dormir. El consejo de no permitirlos utilizar estos aparatos en las últimas horas del día vale para todo el año, pero es todavía más vital en los primeros días después de la vuelta a las clases.

Un elemento más es el almuerzo, y no solo para tratarse de la comida más importante del día, sino también por el que significa como ritual en las primeras mañanas del curso. Si se prepara un almuerzo sabroso y nutritivo y se dedica el tiempo suficiente para disfrutarlo en familia y sin prisas, la madrugada será menos costosa y el niño afrontará el día más animado y con mejor humor.