Purpunira
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Adiós a la purpurina: de que está hecha y por qué la prohíben

La Unión Europea ha tomado una decisión significativa: prohibirá la venta de purpurina y todos los productos que la contengan o la generen, empezando este octubre

La purpurina, con su brillantez y colores vivos, ha sido omnipresente en muchos aspectos de nuestra vida. Desde manualidades hasta complementos de moda, juguetes, productos de belleza y decoración, parece que no hay límites para este material. Aun así, la Unión Europea ha tomado una decisión significativa: prohibirá la venta de purpurina y todos los productos que la contengan o la generen, empezando este octubre. Qué tiene esta pequeña partícula para justificar esta prohibición?

La purpurina, al contrario del que muchos podrían pensar, está hecho de microplàstics. Es un núcleo de tereftalat de polietileno (PEDO), un material presente en muchas botellas de plástico que se recicla para hacer ropa. Este núcleo se corta de manera hexagonal y se recubre con láminas de metal, sobre todo aluminio, para crear el efecto reflectante que la caracteriza. Finalmente, se reviste con una capa adicional de plástico, cómo el acrilat de estirè, para proporcionarle brillantez y color.

A pesar de que puede parecer inofensiva a simple vista, la purpurina es un microplàstic extremadamente pequeño, con un diámetro de aproximadamente 0,02 milímetros. Esto la convierte en una fuente inadvertida de contaminación ambiental, puesto que sus minúsculas partículas son difíciles de rastrear y eliminar completamente.

Meral Yurtsever, experta en microplàstics y profesora asociada de Ingeniería Ambiental a la Universidad de Sakarya, a Turquía, alertó sobre los peligros de la purpurina en un estudio del 2019. Ella señaló que estos microplàstics metalizados, si bien son pequeños y afilados, pueden posar una amenaza considerable para la vida silvestre y el ecosistema en general, puesto que pueden perdurar en el ambiente durante siglos.

Uno de los problemas clave asociados a la purpurina es su tendencia a adherirse. Esto puede pasar debido a los óleos naturales de la piel o de la carga de electricidad estática. Así pues, una vez que se fija a una superficie, resulta difícil de eliminar y puede ser una fuente persistente de contaminación.

La purpurina también posee otra característica preocupante: su interacción con metales pesants cómo el aluminio, que está presente en su composición. Esta combinación puede tener consecuencias nocivos para los ecosistemas acuáticos y la cadena alimentaria.

Y las purpurinas biodegradables?

Todo y los esfuerzos para utilizar alternativas biodegradables a la purpurina, cómo la mica fluorflogopita o la celulosa de eucalipto, los resultados muestran que tanto las purpurinas convencionales cómo las alternativas pueden tener impactos ecológicos. Investigaciones han demostrado que las purpurinas biodegradables pueden afectar negativamente la vegetación acuática y pasar a través de la cadena alimentaria, convirtiéndose en un nuevo reto para la gestión de microplàstics.

En conclusión, la purpurina, con todo su brillantez y atractivo, esconde una amenaza invisible pero significativa para el entorno natural. La decisión de la Unión Europea de prohibirla refleja una mayor conciencia sobre los efectos contaminantes de los microplàstics y la importancia de preservar nuestro medio ambiente de sus consecuencias.

Fuente: ccma.cat/324

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