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Un verano de récord par el negocio de bares y hoteles pero "el peor" en condiciones de los empleados

Los negocios de la restauración afrontan la temporada con carencia de personal por los males horarios y los sueldos bajos

La hostelería anticipa un verano marcado por la recuperación y el regreso del turismo internacional a Cataluña, después de dos años marcados por la covid. Según la mayoría de restauradores y patronales cómo Fecasarm, los próximos meses pueden, incluso, mejorar las cifras previas a la pandemia. Sin embargo, la actividad turística todavía un problema que hace meses se arrastra: la falta de trabajadores por la temporada alta debido a los males horarios y los sueldos bajos. "Si pagamos el que se merecen, el ticket mediano se tendría que duplicar", advierten desde el sector. Aun así, camareros y trabajadores de hoteles avisan que las buenas expectativas de negocio pueden ser a costa que sea "lo peor" en condiciones laborales.

Los camareros entrevistados por el ACN denuncian las "malas condiciones" con que trabajan día si día también. Los empleados han notado un cambio sustancial después de la covid, puesto que las empresas han optado para mantener plantillas reducidas y rebajar al mínimo los servicios externos como por ejemplo la limpieza, para recuperarse de la bajada de facturación de los últimos dos años.

Los procesos de selección de personal de los últimos meses se han encontrado que "no viene casi nadie o la calidad de la gente que viene es pésima", puesto que gran parte de los trabajadores habituales de la hostelería han ido a otros ramos cómo los supermercados o la logística, con sueldos más altos y horarios menos exigentes. "En algunos casos entras a trabajar y no sabes cuando plegarás. Los descansos no se cumplen y tampoco los días de fiesta", ha explicado Marco Valerí, delegado de la CGT.

Valerí, que también es trabajador de un bar céntrico de Barcelona, denuncia que el "volumen de trabajo es brutal" y que, en cambio, hay menos manso que nunca. "Antes llevabas 15 tablas y ahora tienes 20 o 25", explica Valerí.

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Terraza de un bar a Cataluña. Foto: ACN

"Cada día es agónico. La gente sale con estrés, llorando, se dan situaciones muy críticas", coincide la Hèctor (nombre ficticio), un camarero de un hotel con más de 35 años de antigüedad que denuncia que "nunca" había vivido una situación así. Los empleados miran con preocupación esta campaña turística después de "dos meses al máximo". "No quiero pensar cómo será el verano", dice antes de antes de confesar que hay trabajadores que dejan el trabajo de un día por el otro cuando encuentran otra opción, aunque se los pague solo algo más. "La gente por 50 euros más marcha", simplifica.

El convenio de la hostelería está caducado desde el 2019 y las negociaciones para renovarlo hace meses que se alargan. En una reunión esta semana, los sindicatos presionaron a los gremios de hoteles y de restauración para incluir cláusulas de revisión salarial y para llegar a un acuerdo antes de la temporada alta para poder trasladar el incremento salarial cómo antes mejor.

Los representantes de los trabajadores están centrando la negociación en los sueldos porque ven con buenos ojos el resto del texto. Según los sindicatos, el problema se encuentra en el cumplimiento de la normativa y no su contenido. De hecho, algunos de los empresarios reconocen estas prácticas y la dificultad de garantizar el cumplimiento de los derechos laborales en un sector tan atomizado y con poca tradición sindical.

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