Capgròs
Esta bebida de color caoba y sabor entre dulce y amargo, es sin duda junto con la cerveza, la estrella de los aperitivos, que tanto de gusto venden hacer a las terrazas ahora que vuelve el buen tiempo. Su base es vino (normalmente neutro, de calidad, joven y con estructura porque se impregne más tarde de los aromas y sabores de las hierbas aromáticas en las cuales se macera), agua, alcohol, las hierbas aromáticas comentadas y azúcar caramel·litzat.
Es justo en cómo se mezclan estas hierbas, la cantidad y la combinación, donde radica la diferencia entre unos vermuts y otros. Y aunque cada fabricante tiene sus recetas y sus trucos, las más utilizadas son las siguientes:
- Para los aromas amargos: lúpulo, cuál, ausenta...
- Para los aromas dulces: cáscara de limón o naranja, albahaca, tomillo o anís...
- Para los aromas intermedios: canela, vainilla, azafrán o nuevo moscada.
También es importando el azúcar, pues según cómo sea la cantidad emprada, esto dará lugar a las diferentes variedades que existen:
- Extrasec: menos de 30 g/litro de azúcar
- Seco: de 30 a 50 g/litro
- Semisec: de 50 a 90 g/litro
- semidolç: de 90 a 130 g/litro
- Dulce: más de 130 g /litro.
La creación del vermut se remonta al médico Hipòcrates quién tuvo la idea de macerar flores de ausenta en el vino, pero no fue hasta 1838 cuando los hermanos Cora de Torino lo industrializaron. Cuando se es joven no se le hace mucho caso, pero cuando uno se hace grande empieza a mirarlo con otros ojos. Es un buen indicador que el tiempo pasa, y no pasa nada para admitirlo.
Al mercado actualmente podemos encontrar básicamente de tres tipos: rojo, blanco y rosado, aunque son más conocidos los dos primeros. La diferencia entre ellos radica, básicamente, en el proceso que se utiliza en la elaboración de la uva.
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