tiempo de calçots
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Tres maneras deliciosas de aprovechar los calçots que sobran

Si hemos hecho una calçotada y nos ha sobrado género tenemos diferentes maneras de aprovecharlo: proponemos tres

La cantidad de calçots a comprar exactamente para una calçotada en casa (si optamos para hacerla en lugar de ir a un restaurante) es uno de aquellos interrogados difícil de resolver. Entre que van a mandados y que a veces varía el grueso, el número puede variar. Siempre es mejor echar largo y es que, además, si nos sobran hay maneras deliciosas para aprovecharlos.

Cuántos calçots por barba? No es un parámetro estadístico regular. Hay días que se comen más y otros que se comen menos. Depende obviamente de la hambre del personal, pero también de si hay xeflis previo o carne posterior. De cómo baja el porrón o del punto de dulzura de las propias cebollas que hemos comprado. Quizás también de la salsa. Aquí también se trata de conocer con quien compartes mesa. Hay deglutidors que no perdonan menos de 20 o 25 ejemplares por ninguno y otros que entomen calçot arriba casi por consuetud más que por convencimiento y con media docena ya han hecho el hecho. No es una ciencia exacta, pero calculando unos 12 ejemplares por ninguno es difícil que hacemos corto.

Y de hecho, que a esto venimos, con el tema calçots es mejor hacer largo. Hacer más de la cuenta. El escampall que supone una calçotada invita más a pasarse que no a hacer corto y es que además en caso de que todavía nos queden calçots, incluso paquetes enteros, un golpe nadie a mesa pueda decir haba hay maneras deliciosas de aprovechar las sobras a las próximas comidas.

Al fin y al cabo ya son calçots cocidos, están hechos de la mejor manera y aquello que en estiércol tendrá buena materia primera.

Estas pueden ser tres ideas:

Tortilla de calçots (o de calçotada)

No tiene secreto de ningún tipo. Si hay buen género, la tortilla sale buena. Si nos han sobrado calçots los podemos mezclar por una tortilla muy especial, sea por la hora de cenar o, por qué no, el día siguiente. No es cuestión de ir con prisas. Con las tortillas cabe un poco el que se quiera o sea que podemos combinar los calçots con otros elementos o, incluso, doblar la apuesta e ir no a una tortilla únicamente del vegetal sino directamente a una tortilla de calçotada. Cómo? muy fácil. Al batir los huevos no añadimos troceadas las cebollas, también los restos càrniques (una morcilla, cortes de cordero, tocino) de forma que nos queda una tortilla contundente que nos reconcilia y rememora toda la comida.

Croquetes de calçots

Las croquetas, un clásico de la cocina de aprovechamiento


Croquetas

Un clásico de la cocina de reaprofitament es la aplicación en formado croquetas. Si a veces nos puede parecer que las de protagonismo vegetal tienen menos cuerpo y protagonismo que las càrniques los calçots sobrantes nos pueden servir para rebatirlo por completo. Con el toque del rescoldo de leña presente, hacemos una buena demasiado con bechamel que podemos contrarrestar con trocitos de pimiento del piquillo o incluso virutas de jamón. Nos quedarán unas croquetas sensacionales, de aquellas buenas calientes y también más frías.

 

Calçots arrebossats

Calçots enlucidos



Calçots enlucidos

No hay ninguna frase hecha famosa que entronice esta afirmación pero todo el que es bueno en esta vida todavía lo puede ser más si lo enlucimos. Los calçots enlucidos parecen adquirir una segunda vida, cogen el contraste de textura entre el cuerpo flàccid de la cebolla y el enlucido y además podemos optar por un clásico con pan tachado, optar más por harinas buscando un toque de tempura o jugarnos el disparo enluciendo con maíz (quicos) picado. Otra variante, los "fritos" (patata frita también de maíz) también trencadets. Sublime.

 

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